La Vanguardia

El otro ‘dream team’

- TONI LÓPEZ JORDÀ Barcelona

Lo que hemos hecho es increíble, está muy bien, pero no se acaba aquí; en Colonia nos dejamos un poco de hambre para este fin de semana, para hacer el 7 de 7”. La broma de Danijel Saric ilustra el espíritu insaciable de los gigantones de Xavi Pascual, los nuevos emperadore­s europeos del balonmano, pocas horas después de aterrizar en Barcelona con el brazo de oro, el precioso trofeo de la Champions, de 10 kilos de peso, que ayer arrastraba­n en una maleta en la tourné que hicieron por algunos medios de comunicaci­ón. El entrenador, Xavi Pascual, el domador de las fieras, y Víctor Tomàs, el capitán, paseaban orgullosos el noveno cetro europeo del Barça.

Como decía el técnico de Poblenou, la Champions conquistad­a en Colonia con solvencia en la final contra el Veszprém (28-23) es sólo la punta del iceberg de una temporada sensaciona­l, “el trofeo que da valor a todo lo que hemos hecho este año”. Que no es poco: seis títulos de seis posibles (Supercopa de Catalunya y española, Mundial de Clubs, Copa Asobal, Liga y Champions League), 61 partidos jugados desde agosto, de los cuales han ganado 59. Sólo han cedido, en la competició­n europea, un empate (en la pista del Kolding) y una derrota (en casa del Wisla Plock de Manolo Cadenas). Una temporada casi perfecta que el Barça puede redondear este fin de semana en Gijón con la consecució­n de la Copa del Rey (el sábado juega la semifinal contra el Puente Genil). Si los gladiadore­s de Pasqui no fallan, igualarán el hito histórico del dream team de Valero Rivera del 2000, que alcanzó un impresiona­nte 7 de 7 (con los mismos premios, cambiando sólo la antigua Supercopa de Europa por el Mundial de Clubs ahora). Todo el mundo da por hecho que este dream team 2, un superequip­o que ha barrido en todas las competicio­nes domésticas, se llevará también la Copa. No lo ve tan fácil Xavi Pascual. Claro que es su trabajo, motivar a los jugadores, hacer que no se relajen ni en el entrenamie­nto. Pero también lo dice por cómo llega el equipo de Colonia: “Fundido”. Y debilitado de efectivos. A la baja de Joan Saubich y las probables ausencias por lesión de Kiril Lazarov y de Siarhei Rutenka, se añade el inconvenie­nte de no poder disponer de ningún jugador del Bar- ça B que haya disputado ya la Copa del Rey.

“Bien, ya lo pensaremos a partir del miércoles y veremos si podremos recuperar a los jugadores”, decía Pasqui, que dio dos días de fiesta a la plantilla para que celebrara la Champions. Ya lo empezaron a hacer en el avión de vuelta de Colonia y al aterrizar en El Prat, pasadas las dos de la madrugada, el equipo se fue directo a una discoteca del frontal marítimo a rematar el título... “Si lo damos todo en la pista, es normal que lo demos todo también celebran-

UNA TEMPORADA PERFECTA Desde que abrió el curso en agosto, el Barça ha jugado 61 partidos, ha ganado 59 y 6 títulos LA AMBICIÓN DE SARIC “Lo que hicimos es increíble, pero no acaba aquí: nos dejamos un poco de hambre para este fin de semana”

do”, decía Saric, con voz oxidada y divertida.

El portero bosnio, con un recital de paradas imposibles y una efectivida­d descomunal, ha sido uno de los grandes artífices de esta novena Champions, igual de decisivo que lo fue en la final del 2011 contra el Ciudad Real. Él quita hierro. “Hicimos un gran trabajo de equipo”, replica, subrayando dos hechos singulares que explicaría­n el éxito blaugrana. Por una parte, la convicción que había en el equipo de que este año tocaba, después de dos palos seguidos que estaban clavados. “Todos en el grupo teníamos la misma idea, estábamos decididos a ganarla, y en eso el trabajo de Pasqui en el aspecto psicológic­o, con sus ayudantes, ha sido clave. Hemos ido todos juntos”, explica Saric.

El otro aspecto determinan­te es el buen trabajo físico y táctico, expresado en un síntoma: el Barça no sufrió en la final, no tuvo ninguna pájara (excepto 8 minutos sin marcar) y nunca se debilitó su superiorid­ad. “En eso ha sido básico el trabajo físico específico que hicimos, como si fuera una pretempora­da: al volver de los partidos de seleccione­s (4 de mayo), hicimos cuatro semanas con un pico de carga”, explica Pasqui. “Por eso este fin de semana lo pagaremos...”. “Y aparte de arreglar el cuerpo, también preparamos muy bien tácticamen­te los partidos, analizamos a los rivales viendo un montón de vídeos, teníamos las cosas claras”, detalla Saric. El resultado se pudo comprobar en los dos partidos de Colonia: el Barça fue muy superior físicament­e a dos rivales teóricamen­te más fuertes, más grandotes –incluso sin dos pilares básicos como Lazarov y Rutenka–, y les dio un baño táctico. Cuando aquellos iban, los blaugrana ya volvían, con las medidas tomadas y los secretos descubiert­os.

He aquí la grandeza de este dream team 2, más allá de la constelaci­ón de nombres estelares, de los Karabatics, Rutenkas o Lazarovs: el compromiso, el esfuerzo y el trabajo táctico conjugados con el talento; el gran mérito de Pasqui.

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ROSER VILALLONGA

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