La Vanguardia

La quinta de LeBron

- JUAN ANTONIO CASANOVA Barcelona

La NBA es una fábrica incesante de mitos individual­es para un deporte colectivo como el baloncesto. Y la finalísima de este año, que da comienzo mañana entre Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers (por cierto, dos equipos con entrenador­es debutantes en la liga: Steve Kerr y David Blatt), se presenta en buena parte como un duelo estelar (aunque sea a cierta distancia, porque estamos hablando de un base y de un alero) entre el mejor de la temporada, Stephen Curry, y el mejor del mundo de este tiempo, LeBron James, que ya ha sido en cuatro ocasiones MVP y en dos campeón de la liga.

Para LeBron James es la quinta final consecutiv­a: cuatro en otras tantas campañas en Miami y ahora la primera en el regreso a los Cavs, que buscan su primer título. Su compañero James Jones está en el mismo caso, pero todos los titulares de la prensa estadounid­ense van por el otro. Está de más la justificac­ión de algunos medios de que Jones no saltó a la pista en ningún partido en la final del 2011. Estaba en el acta y por tanto técnicamen­te la jugó. La única –y enorme– diferencia es que él es un suplente muy suplente (decimoterc­er jugador en minutos del equipo esta temporada) y el otro el número 1. Antes de ellos, sólo ocho jugadores habían disputado cinco finales seguidas o más y todos pertenecía­n a los imbatibles Boston Celtics que entre 1957 y 1966 no fallaron en ninguna y sólo perdieron una, la del 58. El pívot Bill Russell fue el único que participó en las diez.

Proclama LeBron James que nunca había jugado tan bien a baloncesto como ahora: “Si lo pones todo junto, la mente, el cuerpo, el juego, en una botella, esto es probableme­nte lo mejor que he sido. Simplement­e, intento hacer todo lo necesario para que mi equipo gane”.

Y gana: 12-2 en estos playoffs, después de dejar a cero a Boston y a Atlanta, que fue el mejor equipo del Este en la primera fase con siete victorias más que los Cavs. Y él está mejorando espectacul­armente sus números: de 25,2 puntos a 27,4, de 6 rebotes a 10,4 y de 7,4 asistencia­s a 8,3. Unas cifras que en toda la historia sólo fue capaz de combinar Oscar Robertson. Con un lunar, eso sí: en los 14 partidos de playoff ha lanzado 68 triples y solamente ha convertido 12.

Un crecimient­o necesario para compensar la lesión en un hombro que ha liquidado la temporada de Kevin Love, el otro fichaje estrella que hicieron los Cavs para formar un trío de lujo con el base Kyrie Irving (21,5 puntos y 5,1 asistencia­s en la primera fase, pero solamente 18,7 y 3,7 respectiva­mente en los playoffs), el MVP de la Copa del

NOTABLE MEJORÍA La estrella de Cleveland compensa la baja de Love con muchos más puntos, rebotes y asistencia­s LeBron James encara su quinta final consecutiv­a de la NBA, marcada por un duelo a distancia con Stephen Curry, MVP del año TIRADORES DE ÉLITE Golden State, el mejor equipo de la primera fase, depende mucho de los triples de Curry y Thompson

Mundo celebrada el año pasado en España.

Una competició­n ésta en la que compartió el vestuario estadounid­ense con las dos grandes figuras de los Warriors: el ya citado Curry (29,2 puntos con un 43,7% en triples y 6,4 asistencia­s en estos playoffs), con el que debe protagoniz­ar un duelo de bases tal vez decisivo, y el escolta Klay Thompson (19,7 puntos con un 42,5% en triples).

Es una final de pronóstico difícil. Los Warriors, que han sido tres veces campeones pero no llegaban a ella desde 1975, fueron el mejor equipo de la primera fase (6715) y por tanto, si es necesario, el séptimo partido lo jugarán en su pista, donde han ganado 46 de los 49 partidos esta temporada, incluidos los playoffs. En sus dos duelos directos se repartiero­n las victorias, pero en el de Oakland no estaba LeBron.

Hasta ahora, Cleveland, con una notable mejoría defensiva, ha jugado a un nivel más alto que Golden State en las series, en las que lleva siete victorias seguidas, pero no se puede olvidar que es más fuerte la oposición en el Oeste. Los Warriors suelen jugar con cuatro exteriores juntos, les gusta correr y viven de los triples de Curry y Thompson (más de 18 intentos por partido entre los dos), mientras que en el ataque de los Cavs casi todo pasa por el juego que genera LeBron James, resolviend­o por su cuenta o aprovechan­do la libertad que la acumulació­n de defensores sobre él deja en el resto.

Con la igualdad previsible, no sería nada extraño que acabara siendo determinan­te la aportación de jugadores de segunda línea, como los Warriors Green (14 p. y 10,8 r. en los playoffs), Barnes, Iguodala y el australian­o Bogut o los Cavs J. R. Smith (13,5 p.), Shumpert, Tristan Thompson y el ruso Mozgov. Pero algo muy raro tendría que suceder para que el MVP de esta final no fuera Stephen Curry (si el campeón es Golden State) o LeBron James (si gana Cleveland).

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James. El mejor jugador del mundo quiere conseguir su tercer título de la NBA, que sería el primero para los Cleveland
Cavaliers
GREGORY SHAMUS / AFP LeBron James. El mejor jugador del mundo quiere conseguir su tercer título de la NBA, que sería el primero para los Cleveland Cavaliers

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