Petróleo a la baja
El país tiene el 10% de las reservas globales probadas de crudo y el 17% de gas natural
Más allá de las lecturas políticas, el tratado nuclear iraní y el final del bloqueo económico al país supondrá la llegada de cerca de 600.000 barriles diarios de crudo al mercado en el 2016, además de una notable reserva de gas natural, lo que comportará una sensible bajada del precio de ambos combustibles en los mercados.
El acuerdo sobre el programa nuclear de Irán recientemente alcanzado en Viena, tras casi dos años de difíciles negociaciones, podría tener profundas repercusiones sobre el mercado global del petróleo. Básicamente por dos razones.
La primera es que, como contrapartida a la aceptación de limitaciones al desarrollo de sus ambiciones atómicas, Irán podría beneficiarse de un levantamiento de las sanciones internacionales sobre sus exportaciones de crudo y ello podría repercutir sobre los precios del barril. La magnitud de dicha repercusión dependerá del alcance y calendario acordado para la retirada de las sanciones (en principio, estas permanecerán vigentes hasta el mes de diciembre, fecha en los que los inspectores de Naciones Unidas deben certificar el cumplimiento de los acuerdos por parte del Gobierno de Teherán) así como del ritmo y volumen a los que el petróleo de Irán vuelva a incorporarse a los mercados.
Irán es uno de los países impulsores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) fundada en 1960. La producción de petróleo de este país alcanzó su máximo en 1976-1977, situándose en torno a los 6 millones de barriles diarios (mbd) para con posterioridad a la revolución de 1979 iniciar un marcado declive, fruto de la combinación de conflictos bélicos, falta de inversión, sanciones y otros factores técnicos. Recientemente, como consecuencia de la imposición de sanciones por parte de los EE.UU. y la UE a finales del 2011 y durante el verano del 2012, la producción iraní ha experimentado una abrupta caída, desde cerca de 3,7 mbd en el 2011, a alrededor de 2,8 mbd en la actualidad. Las sanciones comentadas también han tenido un notable impacto negativo sobre las exportaciones de crudo: estas promediaron en el 2014 unos 1,4 mbd, cifra que supone una caída de 1,2 mbd respecto a los niveles alcanzados en el 2011.
Posiblemente, el aumento de la producción y de las exportaciones posibilitado por el acuerdo alcanzado en Viena podría producirse en dos fases. A corto plazo, Irán inten- taría vender el petróleo almacenado en los petroleros de la National Iranian Tanker Company (unos 30 millones de barriles) para, a continuación, centrarse en la recuperación paulatina de la producción que, a medio plazo, podría pasar de los 2,8 mbd del pasado mes de febrero hasta los 3,6 mbd que el país puede mantener actualmente de forma sostenida.
Si este guión se cumpliera, el mercado podría estar recibiendo a finales del año 2016 cerca de 600.000 barriles extras por día. Ello alimentaría la percepción de un aumento del suministro a los mercados, lo que se traduciría en un descenso de los precios del barril. En este sentido, la Energy Information Administration del Gobierno de los EE.UU. prevé un recorte de entre 1 a 3 dólares por barril en relación a sus estimaciones previas sobre el precio medio del Brent para el 2015, de modo que la nueva media se situaría entre los 56 y 58 dólares. Y para el 2016, a medida que se entrara en la segunda fase arriba mencionada y que la producción de Irán fuera en aumento, las expectativas son que el citado recorte se moviera en la franja de 5-15 dólares por barril, lo que implicaría una nueva media anual situada en torno a los 60-70 dólares.
La segunda razón es que el acuerdo de Viena abre las puertas a la exploración y producción de hidrocarburos en una de las regiones más prometedoras y con mayor potencial del planeta. Una actividad que para Irán podría suponer inversiones cercanas a los 100.000 millones de dólares por parte de las petroleras occidentales.
La tarjeta de presentación de Irán en materia de hidrocarburos es impresionante. Según datos del Oil & Gas Journal, a principios del año en curso este país ocupaba el cuarto lugar en el ranking mundial de reservas probadas de petróleo, con unos 158.000 millones de barri- les, cifra que supone casi el 10% de las reservas mundiales y el 13% de las reservas de la OPEP, con la particularidad de que buena parte de dichas reservas, de buena calidad y con un coste relativamente bajo de extracción, fueron descubiertas antes de 1965, lo que nos da una idea del tremendo potencial exploratorio de Irán.
Por lo que se refiera al gas natural, según la fuente anteriormente citada y en la misma fecha, las reservas probadas del país ascienden a cerca de 34 billones (con doce ceros) de metros cúbicos, lo que coloca al país en el segundo puesto del ranking mundial, inmediatamente por detrás de Rusia. Dicha cifra representa el 17% de las reservas probadas globales y más de un tercio de las de la OPEP. Y por lo que se refiere a su potencial tan sólo hace falta subrayar que el porcentaje de éxito de la exploración de gas en Irán es del 79%, frente a una media mundial del 30-35%. De hecho, el descubrimiento de nuevas reservas de gas en Irán no constituye un objetivo prioritario para el país dado que la mayor parte de las reservas ya inventariadas están todavía por explotar.
El mercado global se prepara para recibir 600.000 barriles extras por día hacia finales del 2016 Las petroleras occidentales podrían invertir cerca de 100.000 millones de dólares en Irán