Susto en Vladivostok
España, que dominaba por 0-2, cae ante Rusia al perder ayer Robredo y Andújar
Cuando todo parecía encarrilado para que España recuperara su lugar en la primera división de la copa Davis, el equipo capitaneado por Conchita Martínez dejó escapar la eliminatoria tras perder incomprensiblemente el dobles y los dos individuales de la última jornada.
J.A. Bayona dirigió la película Lo imposible, que narra el desastre natural sucedido en Tailandia y otros países como consecuencia de un terrible tsunami que arrasó la zona en la Navidad del 2004 y que provocó miles de muertes. “La elección del título de la película hace referencia a lo desconocido, en general, a aquello que te supera y cuesta enfrentarte. Lo imposible es una palabra abstracta en muchos sentidos”, explicó entonces el magnífico director, un título que viene de perlas para explicar la debacle española en Vladivostok, una ciudad que baña las aguas del Mar del Japón a más de 13.000 ki- lómetros de la capital española.
Cuando España se situó con 0-2 el viernes en la primera eliminatoria para recuperar un puesto en la élite de la Copa Davis, algo que es obligado para un país que tiene cinco Ensaladeras, entre el 2000 y el 2011, y a ocho jugadores entre los 40 mejores del mundo, todo parecía muy sencillo. Pero desde ese debut plácido, el equipo de Conchita Martínez, que debutaba con una sonrisa después de la tumultuosa etapa que había envuelto a la Federación Española y que, de momento, se había zanjado con la dimisión del presidente José Luis Escañuela y la destitución de Gala León, cuya designación como capitana del equipo de Copa Davis nunca fue aceptada por los jugadores, se desfiguró de forma incomprensible en las tierras asiáticas. Marc López y David Marrero se quedaron a un paso el sábado de sellar la victoria en el partido de dobles y ayer, de forma totalmente inesperada, Tommy Robredo y Pablo Andújar perdieron con estrépito ante dos rivales muy alejados en el ranking ATP.
El tenista de Hostalric cayó ante Evgeny Donskoy, 178 del mundo, al que Shamil Tarpischev, el capitán ruso, le dio la alternativa en sustitución de Karen Khachanov. Donskoy, que el día anterior había disputado el doble, se movió en la pista con la osadía de quien no tenía nada que perder y la inteligencia de un veterano a pesar de su inexperiencia (no tiene ningún título de la ATP y ni siquiera ha sido finalista en algún torneo), y forzó el empate a dos ante un Robredo descentrado. Con la presión de tener que ganar el punto decisivo, Pablo Andújar también se diluyó y fue barrido de la pista por Andréi Rublev, de sólo 17 años y 194 del mundo. El campeón júnior de Roland Garros 2014, que este año ya había vencido a Verdasco y Carreño, hizo gala de su descaro durante todo el partido, llevó la iniciativa y con mucha valentía salvó todas las situaciones adversas mientras que el jugador de Cuenca se desesperaba y no encontraba el camino de una reacción que no llegó. Increíble, pero cierto. Lo imposible sucedió en el Fetísov Arena de Vladivostok.
Las causas de la derrota son inexplicables porque a pesar de las ausencias España competía en Vladivostok con un bloque de garantías ante un rival muy inexperto y también con bajas notables como las de Gabashvili o Youzhny. Las consecuencias, se verán. De momento, el equipo de Conchita Martínez está obligado a ganar a Dinamarca del 18 al 20 de septiembre para permanecer en el Grupo I de la Copa Davis (la segunda división) y, en caso de derrota, deberá luchar por evitar otro descenso deshonroso.
“Hemos de sacar muchas conclusiones. Tiene que haber más unión que nunca. Todos los jugadores tienen que ver que esto es muy difícil y la Davis tiene estas cosas cuando juegas fuera. Si realmente hay ese compromiso entre todos, hay que formar el mejor equipo posible para salir adelante”, dijo Conchita Martínez, que vivió una jornada muy triste: “Sin duda alguna es duro y difícil de encajar. La Copa Davis no es nada fácil, no hay garantías de nada y al final se han torcido las cosas. La misión era ganar aquí y no se ha conseguido”. Pese a ello, elogió el esfuerzo de los jugadores que la han acompañado a Vladivostok: “No era cómodo dar este paso adelante para defender los colores de España y quiero remarcar el compromiso de los jugadores”.
La Copa Davis es una competición proclive a las gestas, pero también a las decepciones. La de ayer fue mayúscula y bien hará el tenis español en olvidarla lo antes posible y pensar ya en el futuro.
“Hemos de sacar conclusiones y ahora tiene que haber más unión que nunca” España deber ganar a Dinamarca en septiembre para mantenerse en la segunda división