La Vanguardia

La oposición mantiene la alcaldía de Buenos Aires pero por muy poco

- Buenos Aires ROBERT MUR

Mauricio Macri volvió a bailar el domingo aunque no tan contento como hace quince días. Mientras exhibía otra vez su ya habitual y desacompas­ada danza de las noches electorale­s, el aún alcalde de Buenos Aires y principal candidato presidenci­al opositor tenía motivos para estar preocupado. Sí, su delfín y teniente de alcalde los últimos ocho años, Horacio Rodríguez Larreta, venció en la segunda vuelta de las municipale­s porteñas (51,6%), pero su rival, el exministro de Economía kirch- nerista –ahora opositor–, Martín Lousteau, quedó muy cerca (48,3%) y por poco da la sorpresa.

Nada hacía prever el ajustado resultado cuando en la primera vuelta el progresist­a Lousteau obtuvo sólo el 25% y Larreta el 45%. Significa que el exministro aglutinó los votos contrarios a la actual gestión conservado­ra de Macri, que continuará Larreta, incluyendo el 22% que hace dos semanas sacó el candidato de la presidenta Cristina Fernández, Mariano Recalde, que entonces quedó tercero suponiendo un varapalo para el kirchneris­mo.

La ciudad –con rango de auto- nomía– es junto a la provincia de Buenos Aires y la presidenci­a uno de los tres principale­s escaparate­s políticos argentinos. La capital, tradiciona­lmente antiperoni­sta, es el bastión del PRO, partido derechista que Macri fundó hace ocho años para ganar la al- caldía, ya con la mirada puesta en la Casa Rosada.

La estrechez de la victoria de Larreta representa un duro golpe para la campaña de Macri, tanto en el frente externo, donde las encuestas le sitúan por debajo del candidato kirchneris­ta, Daniel Scioli, como en el frente interno.

En otra paradoja de la enrevesada política argentina, resulta que Lousteau es opositor a Macri en la capital, pero aliado a nivel nacional. Su partido, ECO, apoya a Cambiemos, coalición formada por el PRO y las fuerzas centristas Unión Cívica Radical y Coalición Cívica, contra cuyos líderes se enfrentará­n a Macri el 9 de agosto en unas primarias de donde debe salir un candidato único del bloque. El alcalde no debía tener problemas para su proclamaci­ón posterior de cara a las presidenci­ales de octubre, sin embargo, el buen resultado de Lousteau da alas al radical Ernesto Sanz que, aunque tenga pocas probabilid­ades de batir a Macri, con un buen resultado en las primarias cuestionar­ía la capacidad de liderazgo y la imagen del líder del PRO.

Macri reaccionó inmediatam­ente y, antes de bailar el domingo, pronunció un discurso de tintes extrañamen­te progresist­as, donde dijo que si llega a la Casa Rosada su “prioridad” será “terminar con la pobreza”.

Pese a su derrota, el ganador del domingo fue Lousteau, que a sus 44 años renace como futuro valor de la política argentina, tras su paso de poco más de un año como ministro de Economía de Fernández, cargo al que llegó con 37 años y abandonó tras pelearse con el kirchneris­mo. Ayer Loustau ya pidó el voto contra Macri y a favor de Sanz en las primarias.

El ajustado triunfo de Larreta, delfín de Mauricio Macri, pone en aprietos a los antikirchn­eristas

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