Amnistía Internacional denuncia un “frenesí de ejecuciones” en Irán
La oenegé Amnistía Internacional (AI) denunció ayer el “frenesí de ejecuciones” en Irán, donde asegura que casi 700 personas han sido ajusticiadas en lo que va de año, una cifra “sin precedentes” en el país.
La organización en defensa de los derechos humanos con sede en Londres ha contabilizado 694 muertes en el patíbulo entre el 1 de enero y el 15 de julio, muy lejos de la cifra de 246 ejecuciones reconocidas por el Gobierno iraní.
Si Irán mantiene ese “alarmante ritmo”, que supone la ejecución de tres personas al día, superará con creces el total de ajusticiados durante todo el 2014. La cifra oficial admitida por las autoridades el año pasado fue de 289 ejecutados, aunque AI sitúa el número real en al menos 743.
“El asombroso número de eje- cuciones esboza una imagen siniestra de un aparato de Estado que comete asesinatos a gran escala premeditados y aprobados por la judicatura”, denunció el vicedirector de AI para la región, Said Boumedouha.
En paralelo, Human Rights Watch, oenegé basada en Nueva York, acusó a Arabia Saudí de llevar a cabo una “campaña de muerte” al decapitar a más de 100 personas durante los seis prime- ros meses del 2015, una cifra que supera el total de ejecuciones registradas el año anterior.
Pero, al contrario que Arabia Saudí, la República Islámica de Irán “ni siquiera” ha respetado la práctica habitual de suspender las ejecuciones durante el mes sagrado del Ramadán, cuando se ha ajusticiado a “al menos” cuatro personas, según AI.
La oenegé deplora que en Irán las penas de muerte son dictadas por “tribunales que carecen totalmente de independencia e imparcialidad”. Amnistía desconoce el motivo del aumento de las ejecuciones, si bien señaló que la mayoría están relacionadas con delitos de drogas, lo que contraviene el derecho internacional que restringe el uso de la pena de muerte para los “delitos más graves”, como el asesinato intencionado.
“Durante años, las autoridades iraníes han recurrido a la pena de muerte para extender un clima de miedo, en un intento equivocado de combatir el tráfico de drogas, aunque no hay pruebas que demuestren su eficacia”, aseguró Boumedouha.
Según AI, entre los ejecutados durante la primera mitad del 2015 también figuran miembros de minorías étnicas y religiosas condenados por ser “enemigos de Dios” y “corromper la tierra”, como activistas políticos kurdos y musulmanes suníes.