La diplomacia paralela de Sarkozy
El expresidente francés, que aspira regresar al Elíseo, potencia su agenda internacional
Nicolas Sarkozy vuelve a la carga. El expresidente francés, decidido a volver al Elíseo, ha asumido con más fuerza que nunca su papel de líder de la oposición retomando su agenda internacional. Desde junio –y sin contar con sus idas y venidas de Bruselas para reunirse con Angela Merkel sobre el PPE y la delicada situación de Grecia– ha visitado Israel y los territorios palestinos, Marruecos, España y la República Tunecina, de donde acaba de regresar.
“Aquí no hablo en nombre de Francia, hablo en nombre de mi familia política”, fueron sus palabras en este último viaje, ante los que le acusan de adjudicarse una responsabilidad que ya no le pertenece. Lo cierto es que, al visitar Túnez el pasado lunes, fue recibido con los honores propios de un jefe de Estado. Se alojó en el mismo hotel que en su última visita presidencial de 2008, se reunió durante más de una hora con el presidente del país, Béji Caïd Essebsi, y se desplazó protegido por un convoy de máxima seguridad.
El propósito del viaje era aportar su punto de vista sobre la situación económica y de seguridad en un país que sufre los estragos de los últimos atentados a su principal pilar económico, el turismo. Pero la visita quedó ensombrecida por unas polémicas declaraciones sobre Argelia, otra antigua colonia francesa, que rápidamente incendiaron los titulares locales. “Túnez tiene frontera con Argelia y Libia, vosotros no habéis podido escoger vuestra situación geográfica”, dijo.
De vuelta a París, el presidente de Los Republicanos (LR) –que cambió recientemente el nombre del partido conservador, antes conocido como Unión por un Movimiento Popular (UMP)- ya planea sus próximos movimientos internacionales. Quiere volver a Argelia, pero también a India, a Arabia Saudí, al Reino Unido, a China y hasta a Rusia. No tiene fechas, pero sí ha recibido varias invitaciones. El Elíseo no se ha querido pronunciar públicamente sobre esta diplomacia paralela.
“Se comporta como alguien que ya es presidente y que tiene funciones de relaciones internacionales”, coincide el politólogo Thomas Guénolé, profesor de política comparada y habitual en los medios de comunicación franceses. El mismo Sarkozy ha empezado a reivindicar su condición de “primer oponente” de las políticas del actual jefe de Estado, François Hollande, al que últimamente ha criticado por ser demasiado blando con Grecia.
Lo cierto es que, lejos de la nostalgia del poder, Sarkozy quiere lanzar un mensaje a la derecha que le apoyó en el 2007. Aunque juega su papel de líder de la oposición con cierta soltura, los últi- mos sondeos sobre las primarias del partido para decidir el candidato presidencial de 2017, que se celebrarán en noviembre del año que viene, no le son favorables. El último otorga la victoria por tercera vez consecutiva al alcalde de Burdeos, Alain Juppé, que tendría ahora mismo treinta puntos de ventaja sobre el marido de Carla Bruni. También suben el exministro de Agricultura Bruno Le Maire, que estos días ha aprovechado la crisis de los ganaderos franceses para sumergirse en la opinión pública, y el antiguo primer ministro de Sarkozy, François Fillon.
“Son las primeras elecciones primarias en el partido, por lo que no sabemos cuál será la competición por los diferentes grupos sociales”, subraya Guénolé, que no quiere predecir un resultado. Tras ser elegido por los simpatizantes conservadores como presidente de la entonces UMP, a finales del año pasado, Sarkozy ha querido reformar el partido hasta el punto de convocar por primera vez unas elecciones para decidir el candidato que disputará la presidencia a los socialistas.
Con estos últimos movimientos internacionales quiere demostrar que aunque Juppé, más moderado, tenga más simpatías entre los electores, él es la opción más prudente para representar a Francia en el mundo.
Los otros candidatos también han servido en anteriores gobiernos, pero no les será fácil seducir a los contactos internacionales que sembró el expresidente en su mandato.
AL O GRANDE El lunes visitó Túnez y fue recibido con los honores de jefe de Estado
PRUDENCIA El Elíseo no se ha querido pronunciar sobre esta agenda en la sombra