El 11% de los menores, sin recursos para el ocio
El 27,9% de las familias de Barcelona tiene dificultades para llegar a fin de mes, según el primer Baròmetre de la Infància
El aislamiento social es otro de los efectos colaterales de la pobreza. En Barcelona, el 11,3% de los menores de 16 años ha tenido que renunciar a las actividades de ocio: la práctica regular de algún deporte, asistir a clases de música, participar en organizaciones juveniles... Este es uno de los datos que destaca el primer Baròmetre de la Infància i les Famílies de Barcelona, que ayer presentó Laia Ortiz, teniente de alcalde de Derechos Sociales.
Ortiz precisó que este baróme- tro “fue encargado por el anterior equipo de gobierno y aunque en diciembre ya disponían de los resultados, que no son buenos, no los hicieron públicos, entendemos que los escondieron”. Esta investigación es el resultado de las entrevistas realizadas a un to- tal de 1.200 familias con hijos menores de 16 años, entre el 18 de junio y el 31 de julio y del 1 al 6 de septiembre del año pasado en los 73 barrios de la ciudad. El barómetro se repetirá con periodicidad anual.
Este documento constata que la pobreza veta la socialización, sin dinero hay que decir no a buena parte de la oferta de ocio. Este es quizás uno de los déficits menos conocidos, pues las entidades que trabajan con las personas más vulnerables se han centrado en amortiguar otras carencias, como la alimentación, la vivienda o la electricidad. Además de haber prescindido del deporte y de otras actividades extraescolares, un 7,5% de los niños de Barcelona no pueden participar en viajes y en las otras salidas con sus compañeros de clase que se deben pagar y un 6,7% tampoco dispone de recursos para celebrar su cumpleaños ni reunirse con amigos para jugar o ir a tomar algo. Estas cifras son peores en el conjunto de Catalunya y de España, donde el 21,3% y el 13%, respectivamente, de los niños que no han cumplido los 16 años no participan en actividades de ocio.
El 13,3% de la población de Barcelona tiene menos de 15 años y en el 21,2% de los hogares viven niños. Cabe subrayar que el 12,6% de las familias son monoparentales, las que más acusan la pobreza. El 27,9% de los hogares manifiesta tener dificultades para llegar a fin de mes, porcentaje que se dispara hasta el 49% en el caso de los monoparentales. Así, el 13,4% de las familias de Barcelona (8,9% en Catalunya y 12,5% en España) se ha retrasado a la hora de pagar la hipoteca o el alquiler de su vivienda en los últimos doce meses.
Respecto a la situación laboral, en el 8,1 por ciento de los hogares ninguno de los progenitores trabaja y en el 36,6% lo hace el padre o la madre; en el resto (55,3%) lo hacen ambos.
Un dato que cada vez indica más el impacto de la miseria es el aumento de los casos de obesidad entre las personas con menos ingresos. Comen, pero mal, e hipotecan su salud. El 11,3% de las personas de entre dos y 15 años son obesas; en el caso de los menores con padres de nacionalidad ex- tranjera esta cifra aumenta hasta el 19,7% y la franja de edad más afectada es la de los dos a los seis años, con un 19,8%.
Todos los indicadores evaluados en este barómetro del Ayuntamiento, realizado en colaboración con el Institut d’Infància i Món Urbà, tienen acusadas divergencias en función del barrio en el que vive la persona encuestada. Así, y tal como puede observarse en el infográfico de esta página, el porcentaje de menores que no pueden practicar de manera regular deporte ni otras formas de ocio se eleva al 19,6% en los barrios con rentas más bajas, mientras que se reduce al 4% en los que disponen de mayores ingresos. Asimismo, el 11,8% de los niños de 12 a 15 años del Raval, la Barceloneta o de diferentes zonas de Nou Barris han repetido algún curso de primaria, el doble que los de áreas más acomodadas.
La pobreza intensifica el aislamiento social al tener que renunciar a las actividades propias del tiempo libre En el 8,1% de las familias, ninguno de los progenitores trabaja y en el 36,6% lo hace uno de los dos