La vida sin Xavi
Iniesta, Busquets y Rakitic analizan la ausencia del cerebro de Terrassa
En el Cox Stadium, un pequeño campo rodeado por una arboleda, se entrenan habitualmente los Gators, el equipo de soccer de la San Francisco University. Ayer apareció a primera hora de la mañana el autobús del primer equipo del Barça. El primero en entrar al campo fue Busquets, otro día será Piqué, o Bartra, o Iniesta. Con el paso de los días alguien heredará la costumbre que tenía Xavi Hernández de ser el primero en saltar al terreno de juego. El de Terrassa apura sus vacaciones a la espera de incorporarse al Al Saad, mientras en EE.UU. sus ex compañeros se acostumbran a su ausencia.
Lo hicieron con Valdés, también con Puyol, y también sabrán vivir ahora sin Xavi, pero en estos primeros días aún se les hace ex- traño no encontrar su apoyo para hacer una pared en el entrenamiento, no reír con alguna de sus bromas durante las comidas, no cambiarse a su lado y no buscarle durante los partidos para sentir su seguridad. Xavi era como tocar casa, el sinónimo del comodín que utilizan los niños cuando juegan al escondite.
“Después de tanto tiempo, este inicio de temporada es diferente”, admite Andrés Iniesta, quién le relevará como primer capitán y destaca no sólo su papel en el terreno de juego. “Llevábamos mucho tiempo juntos, compartiendo muchas cosas, esta gira es diferente no solo para mí, también para el grupo, Xavi se hace querer por todos”, finaliza Iniesta que subió al primer equipo como la amenaza que llegaba de la Masía hasta que el talento de ambos se impuso al mantra tan repetido de que no podían jugar juntos.
Cuando Iniesta subió al primer equipo, Xavi aún era discutido y juntos crecieron hasta dar el paso definitivo en la Eurocopa del 2008. Ya como campeones, acogieron en el vestuario a un joven Sergio Busquets, que siempre ha encontrado en Xavi un punto de apoyo. “Todos los años que llevo en el primer equipo han sido a su lado, no sólo en los partidos, también en los entrenamientos y en el vestuario”, afirma el de Badia, para quien esta situación no es nue- va: “Ya pasó en la selección, también se hizo raro cuando lo dejó”.
Busquets, como Iniesta, es consciente que con la marcha de Xavi debe asumir un papel más importante en la plantilla. “Tengo que dar un paso adelante. Seguro que lo voy a hacer bien y voy a estar a la altura”, dice convencido. Y si por el camino le aparecen las dudas, siempre podrá buscar consejo en su amigo de Terrassa: “Era un líder, un capitán tanto dentro del campo, por lo que significaba, como fuera, por su compañerismo”, confirma Sergio Busquets. “Se le echa de menos, y mucho”.
Busquets compartió siete temporadas con Xavi. Para Iniesta fueron once. A Rakitic, en cambio, la experiencia se le ha hecho corta: “Me hubiera gustado coincidir más tiempo con él”. El croata llegó el verano pasado rindiendo pleitesía al de Terrassa. Un año más tarde, su admiración es mayor si cabe: “No puedo rescatar solo un detalle. Un señor en todas partes”.
Rakitic aún va más allá, asume que la etapa de Xavi como jugador en el Barça se tenía que acabar porque “el tiempo pasa para todos”, pero le augura un futuro en el club más pronto que tarde. “Todo lo que ha aportado al club va a seguir ahí, y lo vamos a esperar para que vuelva lo antes posible”, afirma el croata que con un año ha tenido suficiente para intuir lo que representa Xavi. “No está pero sí está”, concluye de manera casi esotérica.