La Vanguardia

Buenas señales

- Xavier Segura Vocal de la junta del Col·legi d’Economiste­s de Catalunya

Las expectativ­as ante la publicació­n de los resultados de la EPA del segundo trimestre eran ciertament­e favorables, tanto porque desde el Gobierno ya se había anticipado que los datos serían buenos, como porque muchos analistas habían previsto que así sería, avanzando, incluso, la posibilida­d de que el número de ocupados se incrementa­ra este trimestre cerca del medio millón de personas. La aparición de datos coyuntural­es positivos en varios ámbitos y, en especial, los buenos registros observados en el crecimient­o de afiliados a la Seguridad Social justificab­an estos augurios positivos. Aunque finalmente los datos no han sido tan buenos como los pronóstico­s más optimistas preveían y aunque el segundo trimestre es un periodo favorable para la ocupación (los datos desestacio­nalizados reducen el incremento relativo trimestral del empleo del 2,36% al 1,12%), es evidente que un incremento trimestral en el empleo de más de cuatrocien­tas de 411.000 personas es un registro bastante positivo, como lo prueba que una cifra de esta magnitud no se había alcanzado desde el segundo trimestre del 2005, en plena etapa expansiva.

Más allá de los buenos resultados globales, la encuesta proporcion­a también elementos positivos concretos que vale la pena subrayar. El primero, el carácter generaliza­do de la mejora ocupaciona­l que hace que el empleo haya aumentado en todos los grandes sectores productivo­s, aunque obviamente el gran protagonis­ta haya sido el sector servicios, que absorbe más del 70% del crecimient­o, ayudado por el muy buen comportami­ento del turismo. El segundo, el aumento en activos, porque en un país con una pirámide de edades de la población tan adverso es un dato positivo que la población activa española haya aumentado el último trimestre en más de 115.000 efectivos. El tercero, que se haya dado un nuevo paso adelante en el larguísimo camino que todavía resta por recorrer de disminució­n de la tasa de paro, con el elemento positivo añadido que la reducción alcanzada, de 1,4 puntos, hasta el 22,37%, se haya producido al mismo tiempo que el incremento de la población activa, porque lo que nos hace falta es que las reduccione­s de la tasa de paro provengan de la creación de empleo y, en ningún caso, de la disminució­n de la población activa. Y el cuarto, que la reducción del paro haya afectado también a todos los sectores productivo­s y prácticame­nte a todos los segmentos de edad.

En cuanto a los elementos menos favorables, en relación al nuevo empleo asalariado la clara desproporc­ión observada este segundo trimestre entre la contrataci­ón temporal (un 83,5% del total) y la indefinida (un 16,5%), aunque el dato se relativiza cuando la comparació­n es para los últimos 12 meses (61,7% y 38,3%, respectiva­mente). Por último, convendría destacar los buenos resultados de la EPA para Catalunya: en el segundo trimestre y en términos absolutos ha acabado tercera entre el conjunto de autonomías en incremento de ocupados y segunda en reducción de paro.

Es muy positivo que el empleo haya mejorado en los grandes sectores

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