Buenas señales
Las expectativas ante la publicación de los resultados de la EPA del segundo trimestre eran ciertamente favorables, tanto porque desde el Gobierno ya se había anticipado que los datos serían buenos, como porque muchos analistas habían previsto que así sería, avanzando, incluso, la posibilidad de que el número de ocupados se incrementara este trimestre cerca del medio millón de personas. La aparición de datos coyunturales positivos en varios ámbitos y, en especial, los buenos registros observados en el crecimiento de afiliados a la Seguridad Social justificaban estos augurios positivos. Aunque finalmente los datos no han sido tan buenos como los pronósticos más optimistas preveían y aunque el segundo trimestre es un periodo favorable para la ocupación (los datos desestacionalizados reducen el incremento relativo trimestral del empleo del 2,36% al 1,12%), es evidente que un incremento trimestral en el empleo de más de cuatrocientas de 411.000 personas es un registro bastante positivo, como lo prueba que una cifra de esta magnitud no se había alcanzado desde el segundo trimestre del 2005, en plena etapa expansiva.
Más allá de los buenos resultados globales, la encuesta proporciona también elementos positivos concretos que vale la pena subrayar. El primero, el carácter generalizado de la mejora ocupacional que hace que el empleo haya aumentado en todos los grandes sectores productivos, aunque obviamente el gran protagonista haya sido el sector servicios, que absorbe más del 70% del crecimiento, ayudado por el muy buen comportamiento del turismo. El segundo, el aumento en activos, porque en un país con una pirámide de edades de la población tan adverso es un dato positivo que la población activa española haya aumentado el último trimestre en más de 115.000 efectivos. El tercero, que se haya dado un nuevo paso adelante en el larguísimo camino que todavía resta por recorrer de disminución de la tasa de paro, con el elemento positivo añadido que la reducción alcanzada, de 1,4 puntos, hasta el 22,37%, se haya producido al mismo tiempo que el incremento de la población activa, porque lo que nos hace falta es que las reducciones de la tasa de paro provengan de la creación de empleo y, en ningún caso, de la disminución de la población activa. Y el cuarto, que la reducción del paro haya afectado también a todos los sectores productivos y prácticamente a todos los segmentos de edad.
En cuanto a los elementos menos favorables, en relación al nuevo empleo asalariado la clara desproporción observada este segundo trimestre entre la contratación temporal (un 83,5% del total) y la indefinida (un 16,5%), aunque el dato se relativiza cuando la comparación es para los últimos 12 meses (61,7% y 38,3%, respectivamente). Por último, convendría destacar los buenos resultados de la EPA para Catalunya: en el segundo trimestre y en términos absolutos ha acabado tercera entre el conjunto de autonomías en incremento de ocupados y segunda en reducción de paro.
Es muy positivo que el empleo haya mejorado en los grandes sectores