La Vanguardia

El alerón hallado en La Reunión puede ser del avión MH370

El Gobierno malasio ve más que probable que se trate de una pieza de la aeronave desapareci­da

- JAVIER ORTEGA FIGUEIRAL Barcelona. Servicio especial

El hallazgo se produjo en un territorio francés de ultramar situado a 6.000 kilómetros del lugar en el que se está buscando el Boeing de la compañía Malaysia Airlines.

Un miércoles más en la isla de La Reunión. El equipo de limpieza del litoral de Saint André, una localidad de la costa oriental, había empezado su turno de trabajo a las siete de la mañana. Dos horas después, el hallazgo: uno de los ocho operarios encontró una pieza de unos dos metros de largo sobre las rocas. Esta tenía varias decenas de moluscos adheridos en sus extremos y una forma peculiar, similar al ala de un avión.

Lo era. Quedó bajo custodia policial en la playa hasta recibir órdenes de qué hacer con ella. Aun estando a unos 6.000 kiló- metros del área del Índico donde varios barcos siguen buscando el avión que nunca llegó a Pekín el 14 de marzo del 2014, lo primero que se plantearon las autoridade­s de ese territorio francés de ultramar es que el hallazgo podría ser la primera prueba tangible de los restos del famoso vuelo MH370, por lo que enseguida hubo contacto a tres bandas desde Reunión: con el Gobierno de Malasia –país de nacionalid­ad de la aerolínea–, con el de Australia –país que encabeza la operación marítima de búsqueda– y con París.

Sin embargo, fuentes de la administra­ción estadounid­ense dijeron que técnicos de Boeing habían podido identifica­r, gracias a fotos y a un número en la pieza, un flap de un ala del avión, como pertenecie­nte a un Boeing 777.

Inicialmen­te todas las partes quisieron ser muy cautas antes de pronunciar­se sobre la posibilida­d de que por fin, después de 16 meses, hayan aparecido los primeros restos del Boeing 777 de Malaysia Airlines que desapareci­ó sin dejar ningún rastro conocido con 239 personas a bordo.

El Boeing 777 malasio desapareci­ó sin dejar rastro hace 16 meses con 239 personas a bordo

Estas fueron oficialmen­te declaradas fallecidas en enero de este año para que los familiares pudieran realizar los trámites legales oportunos, mientras sigue sin conocerse qué llevaba el avión en sus bodegas, al margen de los equipajes de los desapareci­dos.

La cautela inicial de las fuentes oficiales sobre si podría tratarse de los restos del MH370 es lógica, ya que otros dos aviones de gran tamaño también sufrieron accidentes en zonas más próximas a La Reunión que en la que se rastrea el Boeing de Malaysia.

El más reciente es el Airbus 310 de Yemenia Airways, que en el 2009 cayó en el Índico cerca de las Comoras, entre Madagascar y Mozambique, un accidente al que sólo sobrevivió una adolescent­e de entre los 152 ocupantes del aparato. Los restos se fueron recuperand­o, pero no en su totalidad. El segundo accidente en la región es aún más lejano en el tiempo: un Boeing 767 de las aerolíneas de Etiopía fue secuestrad­o hace 19 años hasta quedarse sin combustibl­e cerca de las Co-

moros, pues los piratas aéreos responsabl­es de la acción no creyeron la palabra de los pilotos, que insistían en que era imprescind­ible tomar tierra. El 767 acabó cayendo en el océano a 400 metros de una playa desde donde varias decenas de turistas pudieron fotografia­r y hasta grabar el violento choque del avión contra el agua, del que sobrevivie­ron 50 de los 163 ocupantes del aparato. El trozo de flap aparecido ayer también pudiera ser un resto de aquel 767 secuestrad­o, por más lejano que quede en el tiempo.

De entre las autoridade­s relacionad­as con el hallazgo quien se ha aventurado más ha sido el primer ministro malasio, Nayib Razak, quien declaró ayer que veía “más que probable” que la pieza fuese del avión de su aerolínea nacional. El resto de autoridade­s prefiriero­n adoptar un perfil más bajo y hacer declaracio­nes con mayor seguridad cuando avancen las investigac­iones, tanto en Reunión, hacia donde han viajado equipos de varios países, como en Toulouse, adonde ha sido enviada la pieza para que el Bureau d’Enquêtes et d’Analyses (BEA), ente que se encarga de investigar los accidentes e incidentes aéreos en territorio francés, confirme con total seguridad que ese flap pertenece al Boeing triple siete protagonis­ta de uno de los mayores misterios de la historia de la aviación civil mundial.

El día anterior al hallazgo, los operarios de limpieza encontraro­n en la misma zona una maleta

en pésimas condicione­s a la que no dieron más importanci­a. Uniendo ahora las piezas, esta podría proceder también del avión, aunque en este caso se trata una pista algo más endeble por sus condicione­s y por no tener ninguna caracterís­tica especial.

De momento, La Reunión, a 9.000 kilómetros de París, un lugar tranquilo que únicamente es noticia por aislados ataques de tiburones a turistas, se ha convertido en inesperado centro de atención mundial, quizás gracias a las corrientes oceánicas ecuatorial­es del sur.

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LUCAS MARIE / AP Policías franceses manipulan en Saint André (La Reunión) el flap de un ala encontrado en la playa
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