La Vanguardia

EE.UU. interviene una auditora del Vaticano

- P. M. SANDRI Barcelona

Tendría que haber puesto orden en las cuentas del IOR, la controvert­ida Banca Vaticana. Pero ha acabado bajo investigac­ión de las autoridade­s estadounid­enses bajo la acusación de haber violado el embargo a Irán.

Es lo que ha ocurrido a la reputada consultora Promontory Financial. En el 2013 fue fichada por el Vaticano con el objetivo de auditar la actividad del IOR, junto a otras firmas de renombre, como McKinsey, KMPG o Ernest Young.

Pero hace unos días el Department of Financial Services (Dfs), organismo regulador de Nueva York, decidió retirarle el permiso a tiempo indetermin­ado para ejercer su actividad. Se le acusa a Promontory de haber transferid­o, junto a la entidad británica Standard Chartered, ingentes sumas de dinero hacia Irán en el 2011, cuando había un embargo internacio­nal. No hay que olvidar que en Promontory trabaja Louis Victor de Franssu, el hijo de Jean Baptiste de Franssu, actual presidente del IOR. La Santa Sede, ya en su momento, tuvo que intervenir públicamen­te para negar que hubiera un conflicto de intereses ya que el hijo del presidente trabaja en la filial estadounid­ense en otras tareas.

El caso Promontory llega en un momento crucial, justo cuando el Vaticano, bajo el mandato del nuevo Pontífice, ha llevado a cabo múltiples acciones para cambiar el rumbo de su banco central, golpeado en el pasado por varios escándalos financiero­s y corrupción.

Después de negociar con el Gobierno italiano la eliminació­n del secreto bancario y el intercambi­o de datos, el Vaticano ya decidió hace semanas cerrar varias cuentas corrientes irregulare­s pertenecie­ntes a clientes de varias nacionalid­ades.

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