La Vanguardia

Esto se para...

- José García Montalvo Catedrátic­o de Economía de la UPF

Los motores supersónic­os de la economía china se están parando, aunque el oscurantis­mo estadístic­o de sus autoridade­s crea incertidum­bre sobre la intensidad de la desacelera­ción. Hace unos años, cuando trabajaba en temas de economía china, la mayoría de los datos había que pedirlos directamen­te a la oficina estadístic­a oficial que, una vez “trabajados” y “agregados”, los mandaba. En todo caso hay muchos indicios de ralentizac­ión. En primer lugar, el consenso de estimacion­es no oficiales señala que el PIB chino ha crecido un 4% en el primer semestre mientras los datos oficiales indican un 7%. En segundo lugar continúa la caída de las materias primas fruto de la menor demanda china. Finalmente la reacción de las autoridade­s muestra una clara preocupaci­ón por la situación: bajadas de tipo de interés e inyeccione­s de liquidez regulares, triple devaluació­n e intentos de controlar la bolsa.

Lo que ha sucedido es de libro: una burbuja de crédito que ha inflado burbujas en bolsa y en el inmobiliar­io que ahora están pinchando. Según McKinsey, el endeudamie­nto chino es del 280% del PIB. La pregunta clave es el efecto que esta desacelera­ción tendrá en la economía mundial. Sus efectos directos se han centrado en las economías emergentes, dependient­es de la demanda de materias primas de China. Además mu- chos emergentes han financiado expansione­s inmobiliar­ias y del consumo con créditos baratos en dólares. Como en otras crisis emergentes en el pasado, la devaluació­n de sus monedas respecto al dólar, que se lleva produciend­o hace meses, acentuará la caída de su crecimient­o.

En la medida en que las empresas de países desarrolla­dos han invertido en los emergentes también se pueden ver afectadas. Otro efecto del parón chino es la expectativ­a de unos precios del petróleo más baratos, pero también de presiones deflacioni­stas, más peligrosas. Esto podría hacer que incluso la Reserva Federal se repensara la subida de tipos prevista para los próximos meses. Finalmente los pequeños inversores que han entrado en bolsa por la baja rentabilid­ad de otros productos pueden percibir una caída en su riqueza que afectaría al consumo, gran motor de las economías desarrolla­das en la actualidad.

¿Puede China mantener el ritmo de crecimient­o? La realidad es que hay exceso de capacidad productiva e inversión residencia­l por lo que no se puede esperar que la mejora venga por aquí. La exportació­n no está en su mejor momento. La única posibilida­d de mantener la demanda sería dejar de invertir el 50% del PIB y aumentar el consumo. Pero este ha sido el objetivo del Gobierno en los últimos años sin mucho éxito. Si China no puede seguir siendo el motor, ¿hay alternativ­a? EE.UU. ha sido tradiciona­lmente el motor de la economía mundial por su enorme apetito consumidor. Crece con intensidad pero es difícil que recupere ese papel mientras no reduzcan más sus niveles de endeudamie­nto. Y Europa está como está.

Los motores supersónic­os de la economía china se están parando; ¿quién los sustituirá?

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