Una salud de hierro
El Ibex recupera el nivel anterior al lunes negro
El motor de Estados Unidos sigue a pleno rendimiento y su economía crece al 3,7%, por encima de lo anunciado inicialmente, gracias al buen comportamiento de la demanda interna: el gasto de los consumidores sostiene el crecimiento del país y lo protege de los vaivenes que llegan de China.
El motor de EE.UU. sigue a pleno rendimiento. La economía estadounidense creció a una tasa anualizada del 3,7 % entre abril y junio, por encima del dato inicial, que se situaba en un 2,3%, según la revisión publicada ayer por el Departamento de Comercio.
La demanda interna es robusta y sostiene la creación de riqueza. El gasto de los consumidores, que equivale a más de dos tercios de la actividad económica del país, pasó del 2,9 % a calcularse en el 3,1 %. “El consumidor norteamericano es el rey”, dijo Nariman Behravesh, de IHS. “Los gastos en inmuebles prevendrán la economía estadounidense de los posibles daños que procedan del exterior, incluido China”, añadió.
Los datos parecen confirmar que el tío Sam es resistente a la inestabilidad que viene de Asia en las últimas semanas. Porque en el frente del mercado laboral, ayer también se registraron buenas noticias: la cifra semanal de solicitudes de subsidio por desempleo en EE.UU. se redujo en 6.000 la semana pasada y se situó en 271.000.
Ambos indicadores demuestran que la primera economía mundial goza de buena salud. Un aspecto que la Reserva Federal (Fed) deberá tener en cuenta en su próxima reunión de política monetaria prevista para mitad de septiembre.
En las últimas horas varios miembros del comité de la Fed hicieron declaraciones a los medios en las que reconocían que había que ser prudente antes de subir los tipos de interés, en vista de las señales de crisis de la economía china.
En particular, William Dudley, presidente de la Fed de Nueva York, reconoció que ahora la decisión “parece menos imperiosa”. Wall Street, que el pasado miércoles cerró su mayor subida en un día en cuatro años, ayer celebró este cambio de tono y los datos del PIB, con unas revalorizaciones cercanas al 2%.
En este contexto favorable, la bolsa española consiguió cerrar sus heridas al recuperar los niveles anteriores al lunes negro, con un alza del 3,06%. Después de ayer, la semana, que empezó con una pesadilla, se sitúa en positivo y el índice ha llegado ha situarse otra vez por encima de los 10.000 puntos.
Las principales plazas europeas también acumularon avances superiores al 3%: París se revalorizó un 3,81%, Londres un 3,75% (el mayor avance de los últimos cuatro años) y Francfort un 3,45%.
El gigante asiático, por su parte, ayer también dio una tregua en los mercados. La Bolsa de Shanghai registró un alza superior al 5%. “El pesimismo de los mercados sobre las perspectivas a corto plazo del cuadro macroeconómico de China está probablemente exagerado”, señaló ayer en una nota la agencia de calificación Fitch.
En el mercado circulaban rumores de que el banco central chino habría intervenido directamente en la compra de títulos para sostener las cotizaciones. Porque la situación de China está lejos de estar resuelta.
El hombre más rico de China, Wang Jianlin, lanzó ayer una advertencia inusual: “China tiene que renunciar a la fantasía de mantener una tasa de crecimiento alto del 7 u el 8 por ciento y aceptar un 6, un 7 o incluso un 5”, dijo. “La economía china necesita transformarse, de depender de la inversión y las exportaciones al consumo. Es un proceso doloroso. Si esa transformación no ocurre ahora, sería incluso más doloroso en el futuro”, expuso Wang.
El multimillonario, a su vez, está viviendo su propia transformación. Perdió el pasado lunes el 10% de su patrimonio a causa del crac bursátil.
Wang Jianlin, el hombre más rico de China, dice que Pekín tiene que asumir un menor crecimiento