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El asesinato de dos periodistas estadounidenses por un excompañero que lo graba todo con el móvil; y el homenaje ofrecido por la UEFA al FC Barcelona con ocasión de su quinta Copa de Europa.
EL Barça fue el centro del acto del sorteo de la Champions League de fútbol, en un homenaje por la quinta copa europea lograda la pasada temporada. En el escenario del Forum Grimaldi de Mónaco desfilaron Iniesta, Zubizarreta, Belletti, Puyol y Abidal como ganadores de las copas; además, Messi fue coronado como el mejor de la UEFA y con el mejor gol, el segundo conseguido en el Camp Nou ante el Bayern de Munich. Después de las diversas vicisitudes a las que ha tenido que enfrentarse el club (castigo de la FIFA por la política de fichajes de la Masia, sanción de la UEFA por la exhibición de estelades en Munich, entre otros problemas judiciales y fiscales), la organización del fútbol continental ha reconocido los méritos futbolísticos del Barça, sin duda el mejor equipo de fútbol y el más galardonado en lo que llevamos de siglo XXI.
La huella que está dejando este Barça en la historia del fútbol moderno es innegable y es evidente que se ha convertido en el gran rival que batir en Europa y en el mundo, al tiempo que Lionel Messi, un jugador formado en la cantera, en el futbolista más laureado individualmente. Dos hitos que definen la trayectoria de éxito de un club más que centenario y que lleva más de una década en la cima. Una continuidad ex- cepcional que habla a las claras de una hegemonía mundial por la que han desfilado jugadores tan destacados como los citados más arriba, además de Xavi, Ronaldinho, Busquets, Valdés o Piqué, o entrenadores como Van Gaal, Rijkaard, Guardiola, Vilanova o Luis Enrique. Todos continuadores de un patrón que diseñó en su día Johan Cruyff y que prima el juego de control y ataque, y que ahora tiene en el triplete Messi, Suárez y Neymar una delantera tan envidiada como temida.
Empieza una nueva temporada en la que el Barça ambiciona seguir poseyendo aquella hegemonía. Porque, al margen de los obstáculos extradeportivos citados, de imponderables y de las bajas obligadas en el equipo por lógicas razones de edad, el club sigue apostando por aquella personalidad heredada tan característica, que le ha llevado a la cima por méritos futbolísticos, pero que al mismo tiempo trabaja para evolucionar y mejorar sus prestaciones. Que el FC Barcelona consiga o no reeditar triunfos depende de variadas circunstancias –lesiones, acierto, suerte en los sorteos, hambre de triunfo, buena gestión de la plantilla y de la cantera, etcétera–, pero la mayoría de los seguidores culés se sienten orgullosos de esta trayectoria que ayer fue tan justamente reconocida.