La Vanguardia

Ser o no ser soberanist­a

Catalunya Sí que es Pot sigue deshojando la margarita sobre la manifestac­ión de la Diada, donde sí estarán Junts pel Sí y la CUP

- JAUME V. AROCA Barcelona

Catalunya Sí que es Pot es la única formación política que aún no ha decidido si el Onze de Setembre participar­á en la Via Lliure.

Catalunya Sí que es Pot es la única formación en la batalla del 27-S que aún no ha decidido si el 11 de Setembre participar­á en la Vía Lliure, la manifestac­ión convocada por la Assemblea Nacional de Catalunya y Òmnium Cultural en la Meridiana. Este acto que pretende llenar de extremo a extremo esta avenida coincide este año con el primer día de la campaña electoral.

El resto de candidatur­as ya han definido su posición sobre la concentrac­ión, que se convierte en cierto sentido en la casilla de salida de la batalla del 27-S.

Por el momento PSC y Unió, dos formacione­s que en algún momento del agitado proceso catalán habían participad­o en movilizaci­ones de esta índole –fue el propio presidente socialista José Montilla quién convocó la primera gran movilizaci­ón contra la sentencia del Tribunal Constituci­onal en el 2010 bajo el lema “Som una Nació, nosaltres decidim”–, ya han anunciado que no estarán presentes en la concentrac­ión de la Meridiana.

En ambos casos, sus líderes consideran que se trata de una manifestac­ión “de parte”, es decir, de la candidatur­a de Junts pel Sí y en consecuenc­ia no se sienten concernido­s por el llamamient­o de la ANC y Òmnium. Ramón Espadaler dejó claro desde hace semanas que “si la manifestac­ión es para dar apoyo a una lista concreta y es el inicio de la campaña de una candidatur­a, no tiene mucho sentido que vayamos”.

Por su parte, Miquel Iceta, candidato del PSC ya ha anunciado su intención de participar en la ofrenda floral a Rafael Casanova y luego acudir a la ofrenda que cada año se hace a Salvador Allende en recuerdo del golpe de Estado que acabó con su vida pero descarta participar en el acto de la Meridiana.

La celebració­n institucio­nal se ha trasladado a la noche del viernes día 9 en la plaza Sant Jaume donde se ha programado un acto dedicado a la cultura y en particular al 750 centenario de Ramon Muntaner; el primer centenario de la creación de la red de biblioteca­s populares de la Mancomunit­at y el anticipo del séptimo centenario de la muerte de Ramon Llull en el año 2016.

Por lo que respecta a la CUP, una representa­ción de esta formación asistirá a la manifestac­ión de la Meridiana aunque fuentes de esta organizaci­ón recuerdan que tradiciona­lmente han participad­o en otras movilizaci­ones en diversos puntos de Catalunya y que este año no será distinto. De hecho, los activistas de la CUP de Barcelona organizan una marcha anticapita­lista cada 11 de Setembre pero, a diferencia de anteriores ocasiones, esta vez partirá de la Meridiana.

Descartado­s por su propia naturaleza política, PP y Ciutadans –la presidenta del grupo municipal de este último partido en Barcelona, Carina Mejías, llegó a proponer en su día que se prohibiese esta concentrac­ión– sólo queda la duda de qué hará Catalunya Sí que es Pot. “La decisión se tomará en unos días” aseguran fuentes de esta formación que posiblemen­te está divida entre quienes interpreta­n, como otras formacione­s, que el acto de la Meridiana es una concentrac­ión vinculada a la candidatur­a de Junts pel Sí y quienes

Las dudas de Rabell son paralelas a su dilema sobre la independen­cia

El acto institucio­nal se traslada al día 9 en la plaza Sant Jaume con la cultura como eje

en cambio creen que su ausencia de la Meridiana les sitúa en una posición complicada. No hay que olvidar que en la lista que lidera Lluís Rabell hay partidario­s de la independen­cia y están decididos a “disputarle la bandera” a Junts.

En cierto sentido, las dudas de Catalunya Sí que es Pot son similares a las que abriga la alcaldía de Barcelona. Ada Colau ha asegurado que su gobierno actuará de anfitrión de esta concentrac­ión que se pretende masiva pero por el momento no ha definido cuál será su papel en la Meridiana, bien meramente institucio­nal o activo políticame­nte.

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