Plan para convertir en no urbanizables 40.000 hectáreas
El Govern redacta un PDU que afectará a aquellos terrenos con un uso económico o residencial en los que no se haya construido
Se trata de proyectos sobredimensionados y parados por la crisis que equivalen a la extensión del Maresme
La crisis económica se llevó por delante muchos proyectos urbanísticos que no han llegado nunca a materializarse, pese a que están dibujados sobre el papel. Polígonos industriales abandonados o a medio construir, grandes terre- nos en los que tenían que alzarse promociones residenciales y donde sólo crece maleza. Es habitual encontrarse con este tipo de solares a las afueras de muchos municipios. La Generalitat está redactando un plan director urbanístico (PDU) para desclasificar este suelo que no se ha urbanizado y que no se ajusta a un modelo sostenible ni guarda relación con la ciudad, ya que algunos están a uno o dos kilómetros del núcleo urbano. Se trata de terrenos destinados a actividades económicas y residencial planificados en la época prodigiosa de 1997 al 2007 que nunca se han llegado a desarrollar.
En Catalunya, según datos de la Conselleria de Territori i Sosteni- bilitat, que es la que está redactando el PDU, hay 40.000 hectáreas en esta situación. Una superficie que equivale a la comarca del Maresme. En concreto, hay 43.466 sectores de desarrollo aún no urbanizados, de los que 825 son de actividad económica, 3.483 son residenciales y 158 mixtos. A estos se les ha de sumar otros 756 sectores parcialmente urbanizados. La Vall Fosca, donde había de construirse un campo de golf, una pista de esquí, viviendas y hoteles, es un claro ejemplo de ello. Cuando se desarrolle el PDU y entre en vigor volverán a ser terrenos no urbanizables.
Para el conseller Santi Vila, el boom inmobiliario y la crisis han provocado una gran desproporción entre la oferta y la demanda de suelo. Así las cosas y a modo de ejemplo, explica que en los sectores de desarrollo residencial que hay previsto se ofrece un potencial de 628.045 viviendas. Una cantidad totalmente desproporcionada, sobre todo después del cambio de ciclo que ha supuesto la recesión económica. Este remanente de suelo podría absorber la demanda de vivienda de los próximos cien años.
Una situación que para el conseller no se ajusta a un modelo sostenible del territorio. “El PDU recupera la normalidad de ciertos municipios y se les recomienda agotar los terrenos que poseen en el núcleo urbano antes de desarrollar otros a kilómetros del centro”, explica Vila.
Sobre el calendario del plan director, explica que se trata de una oportunidad para recuperar solares en los que no se va a construir nada y que en unos ocho meses podría estar aprobado de forma definitiva. Algo que debería decidir el próximo gobierno de la Generalitat, aunque el conseller no ve ningún inconveniente de que salga adelante.
El PDU estudiará todos estos polígonos y abordará una solución para cada uno de ellos. En determinados ámbitos, como los de la región metropolitana de Barcelona, donde la relación de la oferta y la demanda es más ajustada, la estrategia podría ser diferente. De hecho, el futuro plan no afectará a los sectores más compactos y situados en conjuntos urbanos de cierta entidad. En este sentido, Vila recuerda que existen proyectos de desarrollo residencial de cientos de viviendas en municipios que apenas alcanzan un centenar de vecinos. En su opinión, la baja densidad comporta dilapidar un recurso escaso como es el suelo.
También se estudiarán –para revertirlos en no urbanizables– aquellos terrenos que están afectados por pendientes elevadas, pueden ser inundados o tienen riesgos naturales o químicos. En este paquete entrarían también las superficies que comporten un impacto ambiental elevado.
Entre los sectores que se verían afectados en un primer estudio estarían, entre otros, el proyecto residencial del Par Empordà en el municipio de Pau, con una superficie de 34 hectáreas; el del municipio de La Pera que preveía la construcción de 150 viviendas; el polígono comercial y residencial de Riudellots de la Selva de 26 hectáreas, o el del municipio de Alguaire donde se preveía un polígono para actividades económicos de más de 100 hectáreas.