La AMI ganará en Barcelona
Pronto se celebrará en Barcelona un pleno extraordinario para debatir si Barcelona se adhiere a la Associació de Municipis per la Independència (AMI). La iniciativa parte de un acuerdo entre CiU, ERC y CUP, y por lo tanto saldrá adelante y, si no hay sorpresas, tiene garantizada la victoria en la votación. El solo hecho de que se vote ya es meritorio, porque desde que existe la AMI no se había conseguido votarlo en la capital del país. Por lo tanto, que se gane, será del todo memorable.
Es cierto que es posible que no se alcancen los 21 concejales de 41 que harían falta con el fin de formalizar legalmente el ingreso. Ganar no siempre implica mecánicamente conseguir lo que quieres. Así pues, si el triunfo no es tan amplio como queremos, la caverna unionista usará este hecho para presentar una victoria como una derrota. Pero los que queremos avanzar con el voto no haremos nuestros sus argumentos.
Ganar es obtener más votos a favor que en contra, aquí y en China. Cuando entramos en discusiones sobre cuál es el umbral de la victoria, y nos ponemos a discutir sobre si más del 50% es suficiente o no, estamos cuestionando una de las normas más básicas de la democracia. Todos los que cree- mos en las libertades democráticas, pues, estará bien que digamos las cosas por su nombre. Y además tenemos que reclamar que se moje todo el mundo, en momentos y en cuestiones tan vitales, sobre todo por coherencia política.
La AMI tiene una dimensión simbólica pero también una muy práctica, como uno de los tres ejes cívicos que han liderado el protagonismo de las entidades en el proceso de independencia. Un proceso que comporta la transformación social más prometedora que ha vivido Catalunya, y que tiene unas dimensiones de regeneración democrática incomparables. Ahora lo que conviene es que los políticos nos pronunciamos sobre uno de los puntales de este proceso. Yo apelo a la conciencia y a la libertad de ideas de todos los concejales de Barcelona para que no rehúyan el momento,
Apelo a la libertad de ideas de los concejales para que no rehúyan el momento ni se refugien en la disciplina de partido
y para que no se refugien en la vieja política y la disciplina de partido para evitar el compromiso.
Reclamo que el gobierno de Barcelona responda de forma consecuente a la más que previsi- ble victoria de la votación sobre la AMI. Si hay mayoría absoluta, pues con la adhesión inmediata; y si no se alcanza, pero se produce una victoria clara, que el municipio haga algún movimiento que responda a la decisión de la mayoría. Nadie entendería que se ganara y que acto seguido se ignorara este triunfo democrático. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, siempre ha insistido que ella respetaría el voto y los pronunciamientos políticos de la mayoría. Pues bien, aquí tiene enfrente una ocasión excelente para demostrarlo. Si la adhesión a la AMI gana en Barcelona, entiendo que hará falta responder al resultado y encontrar la manera de aplicarlo.