La Vanguardia

Tributo al pentacampe­ón

Con homenajes y premios, los héroes del Barça monopoliza­ron el acto de Mónaco

- ANTONI LÓPEZ TOVAR Barcelona

A diferencia del 2012, cuando se ausentó de la ceremonia del Balón de Oro porque no iba a ser para él, Cristiano Ronaldo sí asistió ayer a una gala futbolísti­ca aun a sabiendas de que iba a regresar a Madrid de vacío. El acto de Mónaco fue monopoliza­do por el Barça, convertido en un homenaje de la UEFA al club que en Berlín se hizo pentacampe­ón de Europa. Siete de los héroes de las Champions del Barça pasaron por el escenario del Fórum Grimaldi, co- menzando por Iniesta, que depositó en el estrado el trofeo que presidió la ceremonia y expresó el deseo de volver a conquistar­lo en la próxima final, en Milán, a pesar de que desde 1993, cuando se implantó el actual formato de la Liga de Campeones, ningún equipo ha conseguido ganar dos ediciones consecutiv­as. Fue, según definición de Josep Maria Bartomeu, una “fiesta blaugrana en Mónaco”. “Hemos tenido el reconocimi­ento del fútbol europeo, ha sido una gran fiesta del fútbol del Barça, estoy muy contento de que la UEFA haga este reconocimi­en- to a todos los culés que llevamos tantos años luchando y trabajando”, celebró el presidente.

De inicio las pantallas del auditorio proyectaro­n imágenes de las finales cosechadas por el Barcelona, desde el gol de Koeman en Wembley en 1992 hasta la diana de Neymar con que concluyó el partido del pasado 6 de junio en Berlín. Un representa­nte de cada una de las primeras Champions del Barcelona actuó como mano inocente en el sorteo de grupos. No hicieron un mal trabajo, en el sentido de que no se presumen muchos obstáculos para acceder a la fase de eliminator­ias, pero no igualaron las prestacion­es de las manos inocentes del Real Madrid, que la pasada temporada se ocuparon del sorteo en reconocimi­ento a las diez Copas de Europa blancas. El Real Madrid quedó encuadrado en un grupo con Basilea, Liverpool y Ludogorets. Terminó cayendo en la semifinal contra el Juventus.

“Fue un día muy especial, una historia muy bonita”, recordó Andoni Zubizarret­a en inglés sobre la final del 92. El portero, que fue destituido en enero como director deportivo, se desplazó a Mónaco con la expedición del club y se encargó de extraer las bolas de los cabezas de serie para asignarles los respectivo­s grupos. La primera que sacó fue la del Barcelona y gesticuló como diciendo: era evidente.

Belletti, el héroe de París 2006, autor del tanto del triunfo 2-1 contra el Arsenal, se ocupó de asignar el segundo bombo. “Fue muy especial –dijo sobre su gol–, un defensa no piensa en hacer goles, pero apareció la oportunida­d”. Puyol, en calidad de campeón de Roma 2009, se hizo cargo del tercer bombo. “¿Estás cansado?”, le preguntó el conductor del acto. “No, vengo de vacaciones”, replicó el excapitán. Abidal, que levantó la copa del 2011 en Wembley recién recuperado de una enfermedad hepática, recordó el hecho como “un gran momento para mí y para mi familia”. El desfile blaugrana por el estrado de Mónaco no terminó ahí: Messi y Luis Suárez subieron, en compañía de Cristiano, para la designació­n del mejor jugador de Europa: Leo Messi.

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MIGUEL RUIZ/FCB Carles Puyol, Luis Suárez, Andrés Iniesta y Lionel Messi, ayer camino de Mónaco

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