El consuelo americano
Exhibición del triplista Taylor y victoria de Allyson Felix en los 400
“Cuando te quedas tan cerca de un récord, te vas con más hambre esperando que llegue la próxima competición”, explicó Christian Taylor tras su formidable victoria en triple salto, sellada con una marca de 18,21m, la segunda mejor de todos los tiempos y a tan sólo ocho centímetros del récord mundial que de- fiende el británico Jonathan Edwards. Más que hablar de su victoria ante el cubano Pichardo, la rueda de prensa transcurrió en torno a esa plusmarca, lograda en Göteborg y que este mismo mes ha cumplido 20 años de vigencia.
Los padres de Taylor, de 24 años y procedente de Fayetteville, Alabama, dejaron Barbados para encontrar una vida mejor en Estados Unidos. Fue campeón mundial en 2011 y repitió victoria un año después en los Juegos de Londres, pero esta temporada había sido sorprendido por el cubano de las 4P (Pedro Pablo Pichardo Peralta), que le había batido reiteradamente y había conseguido una marca de 18,08m. Precisamente Pichardo comenzó dominando el concurso, pero en el cuarto intento Taylor se puso en cabeza con 17,68m. La final no merecía la atención de los espectadores, más preocupados por Bolt, hasta que en la sexta tentativa el estadounidense reclamó que le aplaudieran para acompasar su zancada. Taylor inició la carrera y, en un salto que recordó a los del gran Edwards, planeando más que despegando, se fue hasta 18,21m, una marca sólo al alcance de los superdotados. Pichardo avanzó hasta 17,73m y se aseguró la plata. El futuro les pertenece y el récord no tardará en caer.
EE.UU., en una gran tarde, sumó otro oro gracias a Allyson Felix en los 400 –que suma nueve títulos de campeona del mundo en toda la gama de distancias de la velocidad: 100, 200, 4x100 y 4x400 metros- y ya se ha colocado segundo en el medallero detrás de Kenia.