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YAylan descansa en paz. La paz que se le negó en vida intentando huir de una guerra que le ha acechado en los tres años que duró su singladura vital. El niño, cuya imagen después de ahogarse ha dado la vuelta al mundo, estremeciéndolo, fue enterrado ayer en la ciudad de Kobane, norte de Siria. Su cuerpo reposa así finalmente junto al de su hermano, Galip, de cinco años, y su madre, Rihan, todos naufragados cuando intentaban de forma desesperada llegar a la isla griega de Kos. Y con ello a la tan anhelada Europa.
Abdullah, el padre y único superviviente de los Kurdi, dio sepelio al resto de su familia en la localidad de la que intentaba huir. “Ahora soy un padre sin hijos y ya no espero nada de este mundo, no quiero ya nada”, ha dicho, desconsolado. Pero aún en su devastación –y acaso consciente de que la imagen de Aylan ha trastocado en mucha gente del planeta la visión que tenía de los que huyen de la guerra y la destrucción– encontró valor para añadir: “Sólo deseo que termine de inmediato el sufrimiento que supone la tragedia que vive Siria. Deseo que la paz y la tranquilidad lleguen para Siria.”
A la humilde ceremonia de despedida asistió un centenar de personas. Las escenas de duelo y consternación se repetían junto a las cajas de madera donde reposan los restos de las víctimas. “Tendré que llevar encima siempre esta carga”, dijo Abdullah a los presentes después de ayudar a transportar los ataúdes en el cementerio de los Mártires de Kobane.
Los cuerpos fueron trasladados primero a Estambul en la noche de anteayer antes de llegar al enclave de Kobane, la ciudadsímbolo de la resistencia kurda frente al Estado Islámico. Varias veces huyó la familia Kurdi de Kobane, de la guerra. Y varias veces intentó regresar y quedarse. Sin éxito, porque la situación no mejoraba. Ahora ya retorna de forma definitiva, como confesó ayer Abdullah. “Sólo deseaba llegar a Europa por los hijos”, aseveró Suleyman Kurdi, su tío. “Y ahora que están muertos, desea permanecer aquí, cerca de ellos”. Abdullah también ha rechazado un permiso de residencia que le ofrece ahora Canadá, explicó su familia. El país norteamericano negó ayer haber recibido una petición de asilo de Abdullah Kurdi, pero aseguró que sí le consta una solicitud a nombre de Mohamad, un hermano de Abdullah y tío de Aylan. También Teema Kurdi, la hermana que vive desde hace años en Canadá, admitió que sólo había podido sufragar la petición de asilo de Mohamad. Y recordó sollozando la última vez que habló con la madre de Aylan: “Me dijo por teléfono hace una semana que tenía mucho miedo. ‘¡Estoy tan asustada! ¡Yo no sé nadar si pasa algo en el agua!”.
Mientras el funeral tenía lugar, otros desesperados intentaban cruzar los escasos cuatro kilóme- tros que separan la costa turca de Bodrum de la isla griega de Kos y otras ínsulas. 57 de ellos fueron capturados por la guardia costera turca en la noche del jueves. Si ayer eran menos de lo habitual los que lo intentaban era paradójicamente debido a la presencia de una marabunta de periodistas desplazados a las costas de Bo- drum después de que la fotografía de Aylan de bruces sobre la arena causara una conmoción mundial. Dificultaban así la salida de todavía más desplazados que toman la decisión de cruzar un Mediterráneo que ya se ha llevado la vida de unos 2.600 personas en lo que va de año. Según datos que maneja Naciones Unidas, sólo en este año unas 300.000 han utilizado peligrosas vías marítimas para llegar a Europa. Muchas de ellas son infantes.
A ellos se refirió ayer el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. “Esos niños no decidieron dónde iban a nacer. Es su destino. Pero son nuestras decisiones las que van a determinar su futuro”, constató.
“Mi cuñada me dijo por teléfono que tenía mucho miedo porque no sabía nadar”, explica la tía, Teema Canadá niega que recibiera una petición de asilo y dice que sólo tiene una solicitud para un tío de Aylan