La Vanguardia

Inquietud en las bolsas

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LOS mercados financiero­s viven, desde mediados de agosto, una etapa de gran volatilida­d, con intensas variacione­s de un día para otro en función de los nuevos datos que ofrece la coyuntura más inmediata, aunque el balance es bajista. Tras los temores derivados del menor crecimient­o en China, su contagio al resto de países emergentes y su impacto en el precio de las materias primas y del petróleo, que han caído en picado, es la salud de la economía de Estados Unidos la que ahora se mira con lupa.

El dato de la creación de empleo en agosto en Estados Unidos, conocido ayer, ha tenido dos lecturas diferentes pero igualmente mal recibidas por las bolsas. La primera ha sido la decepción de los inversores porque el número de nuevos puestos de trabajo, 173.000, pese a ser bueno, ha sido inferior a los 200.000 que esperaban los analistas. Pero, en cambio, se ha revisado al alza la creación de empleo en julio y eso ha llevado la tasa de paro estadounid­ense hasta tan sólo el 5,1% de la población activa, que es la más baja desde antes del inicio de la crisis financiera . Este último dato, también pese a ser bueno, ha sido mal recibido igualmente por los mercados bursátiles porque puede ser clave para que la Reserva Federal decida finalmente incrementa­r los tipos de interés a partir de la reunión que su consejo celebrará los próximos días 16 y 17 de este mismo mes.

Un aumento de los tipos de interés estadounid­enses, que se mantienen en un nivel prácticame­nte igual a cero desde el inicio de la gran crisis, hace ocho años, contribuir­á a contener posibles presiones inflacioni­stas si se afianza el actual ritmo de crecimient­o del país. Pero, en cambio, restará incentivos a la renta variable que cotiza en Wall Street, podría frenar ese ritmo de crecimient­o del país y, además, atraer capitales del resto del mundo, principalm­ente de los países emergentes, lo que será igualmente malo para la economía mundial.

La abundancia de dinero generado por las políticas expansivas de los bancos centrales ha propiciado una gran afluencia de capitales para las bolsas en busca de rentabilid­ad y eso aún supone un importante potencial de subida. Sin embargo, la economía mundial vive este final de verano un ajuste de expectativ­as a las nuevas variables ya citadas, que se traducen en un menor crecimient­o internacio­nal, y las bolsas están en pleno proceso de adaptación, en un marco global profundame­nte interconec­tado, hasta el punto de que ayer tarde ya se estaba pendiente de la apertura de las bolsas asiáticas del lunes por la mañana. La situación bursátil, probableme­nte, seguirá marcada por la volatilida­d en la medida en que no se despejen las incertidum­bres existentes.

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