Amal Clooney, estrella del panorama judicial internacional
Tras atender un caso en Egipto, viajará ahora a Maldivas para defender a su expresidente
Tras brillar hace dos semanas, enfundada en un minivestido en color dorado de generoso escote, en la fiesta de presentación en Eivissa del tequila de su marido, Amal Alamuddin, más conocida ya como Amal Clooney, ha retomado su actividad de abogada experta en leyes internacionales y, especialmente, en derechos humanos. Así, el sábado pasado estuvo en Egipto como abogada de un periodista de la cadena Al Yazira y ahora se dispone a viajar en unos días a las Maldivas (y luego a Sri Lanka e India) para defender al expresidente de aquel paradisiaco país-archipiélago, el primero elegido democráticamente, Shiyam Mohamed Nasheed, condenado a trece años de prisión.
Aunque Alamuddin –de 37 años y nacionalidad británica, pero nacida en Líbano– ya era una prestigiosa abogada antes de casarse con Clooney, el matrimonio con el celebérrimo actor la ha convertido en toda una estrella del panorama judicial internacional que atrae la máxima atención sobre los casos que atiende y que luce estilo, clase y tipo en los juzgados con la misma convicción y naturalidad con que lo hace en las alfombras rojas y las fiestas mundanas.
Alamuddin viajará a Maldivas formando parte del equipo de Jared Genser, quien defendió en el pasado a la premio Nobel de la Paz birmana Aung San Suu Kyi. El objetivo inicial es entrevistarse con Nasheed en la prisión de Maafushi, donde se encuentra recluido.
Nasheed fue condenado en marzo por haber ordenado la detención de un juez cuando era presidente y se le acusó también de haberse opuesto a órdenes judiciales y hasta de terrorismo. Fue obligado a dimitir en 2012 y perdió las elecciones siguientes. A nivel internacional se ha criticado ampliamente su condena por injusta.
El mes pasado AlamuddinClooney escribió un artículo para The Guardian pidiendo la liberación de Nasheed afirmando: “hemos presentado el caso a la ONU, instando a declarar su detención como arbitraria y como una violación del derecho internacional”.
“Su encarcelamiento es injusto y ha provocado el mayor movimiento de protesta en la historia de Maldivas, y los manifestantes se han sumado a su vez a la lista de presos políticos en el país”, añadía la abogada.
La semana pasada la señora Clooney estuvo en el El Cairo para asistir a la vista final del juicio contra varios periodistas de la cadena Al Yazira, puesto que era abogada de uno de ellos, el egipcio-canadiense Mohamed Fahmi, que fue condenado a tres años de prisión. A la salida de la sala, no se mordió la lengua y rodeada de un nube de micrófonos declaró: “Lo que ha ocurrido hoy es un precedente peligroso en Egip-
Anteriormente luchó por la devolución de los frisos del Partenón o el reconocimiento del genocidio armenio
to: que los periodistas puedan ser encerrados por dar informaciones y que los tribunales puedan ser utilizados como herramientas políticas”.
Los casos en Egipto y Maldivas son los últimos de la ya larga lista de destacadas causas en las que ha intervenido Amal Alamuddin. En el último año estuvo en el tribunal de Estrasburgo contratada por las autoridades de Armenia para luchar por el reconocimiento del genocidio armenio y asesoró al Estado griego en su pelea contra Gran Bretaña por la devolución de los frisos del Partenón. En el pasado fue también la representante legal de la ex primera ministra ucraniana Yulia Tymoshenko o de Julian Assange en su pugna por no ser extraditado.