Referente cultural balear
CLIMENT GARAU (1924-2015) Farmacéutico y político mallorquín
El siempre difícil debate de la identidad cultura balear, entre la insularidad, el catalanismo y la influencia española, ha perdido una de sus figuras señeras. Climent Garau Arbona era un gran activista a favor de los Països Catalans, un político de fuertes convicciones, pero sobre todo era un gran defensor de la lengua de las islas.
Garau fue una figura clave en la recuperación y dignificación del catalán al final del franquismo. Era un momento en que se abrían brechas para recuperarlo y reivindicarlo. Cobró un papel prominente cuando fue nombrado presidente de la Obra Cultural Balear (OCB), una institución que se convirtió en uno de los principales impulsores de la lengua. Garau sustituyó al primer mandatario de la entidad, Miquel Forteza, y durante el periodo que estuvo al frente, entre 1970 y 1976, la OCB aumentó de forma considerable su presencia en todas las islas y experimentó un notable crecimiento en número de socios.
“Si se quiere estudiar con rigor el activismo cívico, cultural y político de los últimos cincuenta años en Mallorca”, se ha de analizar el trabajo de Garau, como reconoció la propia OCB. Era un referente cultural “siempre desde una visión nacionalista y progresista”, recordó a su vez el Govern balear, que también le rindió homenaje.
Nacido en Palma, Garau se licenció en Farmacia por la Universidad de Barcelona en 1951 y se especializó en 1961 en bromatología y microbiología por la Universidad de Madrid. En 1962 fundó el primer laboratorio de análisis biológicos en las Baleares.
Además de presidir la Obra Cultural, en 1973 cofundó la agrupación Alianza Nacional Mallorquina, y en 1976 el Grupo Autonomista y Socialista de las Islas (GASI). En las primeras elecciones democráticas, en junio de 1977, se presentó como candidato al Senado por Mallorca en representación de una coalición de centro, Unión Autonomista, que agrupaba al GASI junto al Partido Nacionalista de Mallorca y el Partido Carlista, pero no salió elegido.
En la creencia de que sólo con la unión de las diferentes tendencias nacionalistas proca- talanistas lograrían avanzar, en 1978 se afilió a Convergència Democràtica de Catalunya, una militancia que compartió con la del Partido Socialista de Mallorca (PSM). En 1982 se volvió a presentar a las elecciones, pero tampoco salió elegido.
En 1985 fundó el Grupo Blanquerna, un espacio dedicado al estudio y debate de las raíces cristianas y catalanas de Mallorca. El grupo se ha mantenido vigente hasta la actualidad, convertido hoy en un think tank soberanista.
Su prestigio y aportación a la cultura en las islas le fue reconocida en numerosas ocasiones. Fue galardonado con el premio Ramon Llull del Govern balear en el 2000 y con la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya, en el 2003.
Activo hasta el final, en el 2012 fue uno de los firmantes del manifiesto Crida ciutadana per la llengua, que criticaba la nueva línea cultural que había tomado el Govern balear, en manos de nuevo del PP. Fue presidente de honor del PSM y en las últimas elecciones cerró la lista municipal del pueblo donde residía desde hacía años, Bunyola, y en el que murió la madrugada del pasado sábado, 29 de agosto, a los 90 años.
En la transición, fue el encargado de convertir la Obra Cultural Balear en un impulsor de la lengua