Los dos frentes de Neymar
El Barça afrontará la renovación del delantero sin que pare el embrollo judicial
Una renovación obligada que el club no quiere demorar mucho más y un nuevo paseíllo por la Audiencia Nacional tras la admisión a trámite de una querella de la sociedad brasileña DIS, antigua propietaria de un 40% de los derechos federativos del jugador, que ahora acusa al FC Barcelona y a su presidente de un delito de estafa y otro de corrupción de particulares. Los caminos de Neymar en el Barça son tan exitosos en lo deportivo como capciosos fuera del campo. Aunque apenas hayan transcurrido dos años desde su fichaje, el tiempo ha demostrado que la apuesta por el crack brasileño fue una de esas grandes jugadas llamadas a pasar a la historia, como en su día lo fueron las operaciones de Kubala o Cruyff o la apuesta por el joven Messi. Aunque también ha habido quien no ha desaprovechado su fichaje para llevar al club a una grave crisis social y a una exposición judicial sin precedentes.
A la espera de la evolución de los dos procesos judiciales abiertos en torno al jugador –el caso abierto por el socio Jordi Cases, sobre el que la Audiencia Nacional ya se declaró incompetente y que ahora se instruye en la Audiencia Provincial de Barcelona, y el que presentó DIS en junio ante la misma instancia–, la dirección deportiva blaugrana afronta una ampliación del contrato del jugador que lo vincularía al club tres temporadas más, hasta el 2021, cuando tendrá 29 años.
La oferta elevaría la ficha del brasileño de los casi nueve millones que percibe ahora como fijo, más variables, hasta los 14 fijos. Unas cifras que situarían sus emolumentos sólo por debajo de los de Messi, aunque el club guarda discreción sobre las cifras. Si bien aún no se han iniciado las negociacio- nes, los primeros contactos han dejado clara una buena predisposición por ambas partes.
Antes que las novedades sobre la renovación llegarán las noticias desde los estamentos judiciales. La previsible resolución del juzgado de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional contra el recurso de inadmisión a trámite del FC Barcelona de la querella de DIS –es muy infrecuente que un juez se desdiga de una decisión– puede llevar de nuevo al fiscal José Perals a actuar con celeridad y citar a declarar una vez más al presidente blaugrana, Josep Maria Bartomeu, al padre del jugador y hasta al propio Neymar, a quien DIS también acusa de la comisión de los dos delitos que expone en su querella.
La paradoja es que la sociedad brasileña ya trató de personarse en la anterior causa que se instruía en esta instancia contra el Barça y la Audiencia Nacional no la admitió. Ahora lo hace apelando a dos delitos de estafa y corrupción, lo que llevará al mismo juzgado a instruir sobre los mismos hechos primero un presunto delito fiscal y ahora dos figuras delictivas diferentes. Con mayor o menor recorrido procesal, es probable que el club –y ahora el propio jugador– no se libre de un nuevo escarnio público.
La querella de DIS argumenta que los convenios que firmaron el Barça y el Santos para adquirir los derechos preferentes por tres jugadores del club brasileño y para disputar dos partidos amistosos –cifrados, respectivamente, en 7,9 y 4,5 millones de euros– son en realidad contratos simulados para ocultar pagos al Santo en concepto de traspaso. Asimismo, la sociedad ve un delito de corrupción en el contrato firmado entre el FC Barcelona y la sociedad N&N que comprometía al club a ejecutar el fichaje, aunque sin tener en cuenta que en cualquier contrato laboral prima la voluntad del trabajador.
Al margen de toda polémica, Neymar se encuentra estos días concentrado con su selección en Estados Unidos, donde Brasil jugará dos amistosos. El primero de ellos esta noche (22.00 h) frente a Costa Rica en Nueva Jersey. Aunque su participación tras retirarse el jueves del entrenamiento del combinado por molestias en una rodilla es dudosa. La madrugada del miércoles, Brasil cerrará su gira de amistosos ante Estados Unidos.
El club quiere retenerlo hasta el 2021; el fiscal José Perals podría citarlo por la querella de DIS