Miedo escénico
No juegues’. Estoy a unas horas de jugar el partido más importante de mi vida: la cuarta ronda del Abierto de Estados Unidos, en el día de cumpleaños de mi padre, en la pista Arthur Ashe, televisado por la CBS, contra Roger Federer. Estoy a unas horas de jugar contra el mejor jugador de todos los tiempos, por la oportunidad de obtener mi mejor resultado, en mi torneo favorito. Estoy a horas de jugar un partido por el que trabajas, por el que te sacrificas durante toda una carrera. Y no puedo hacerlo. Literalmente, no puedo hacerlo. Es primera hora de la tarde; voy de camino a las pistas, en un coche del torneo. Y me está dando un ataque de pánico”.
Así comienza el emotivo artículo que el tenista Mardy Fish escribió para The Player’s Tribune, una revista digital fundada por el exbeisbolista de los Yankees Derek Jeter, que publica vídeos, fotos y artículos elaborados por deportistas. En su escrito, el tenista abre su corazón y su mente sobre los trastornos de ansiedad que le tuvieron apartado del circuito durante tres años. El episodio que describe al principio de su pieza se remonta a 2012, cuando Fish decidió no saltar a la pista ante Federer. A continuación el autor nos confiesa que ésa no fue la primera vez que sufría un ataque de pánico. Ya hacía tiempo que pensamientos cada vez más negativos se le metían en la cabeza, de repente, sin dejarle actuar en su vida cotidiana. Pero nunca le había ocurrido en un partido, hasta ese Abierto, cuando en tercera ronda le tocaba enfrentarse a Gilles Simon, un jugador que estaba por delante suyo en la clasificación.
Mardy narra, paso a paso, cómo su mente, centrada en el encuentro, acababa rebosante de oscuros augurios de lo que iba a suceder a continuación, hasta el punto de no saber bien ni dónde estaba ni lo que hacía. No recuerda cómo logró ganar ese choque. Pero en cuartos le esperaba Roger. “No juegues” le dijo su esposa, cuando Mardy le confesó que no salir a la cancha sería lo único que le ayudaría a calmarse. Fue la validación que necesitaba para no disputar ese partido, ni volver a jugar en mucho tiempo y, de una vez por todas, hacer frente a sus problemas de salud mental.
Cuando se le pide que mire atrás y señale qué fue lo que desencadenó esa ansiedad, el tenista de Minnesota dice que fue una combinación de cosas. Una de ellas, la presión. “Las expectativas cambiaron. Y la presión aumentó. Estaba en la posición en la que quería estar: el mejor estadounidense, entre los diez primeros del mundo, y, de algún modo, un hombre en el centro de mira. Fue demasiado para mí”, reconocía. La otra, la arritmia que le acabó llevando a una intervención quirúrgica. Esta temporada, Fish reapareció en el circuito en Indian Wells, Atlanta y Cincinnati, y anunció que el Abierto de Estados Unidos sería su despedida del tenis profesional. “Ésta no es una película deportiva, naturalmente, y no habrá un final de película deportiva. No cabalgaré hacia la puesta de sol levantando un trofeo. No voy a ganar el torneo. Pero no me importa, porque ésta no es una historia deportiva. Esta es la historia de una vida. Es una historia sobre cómo problemas de salud mental me quitaron el trabajo. Y sobre cómo, tres años después, estoy volviendo a hacer ese trabajo, y haciéndolo bien. Estoy jugando en el Abierto de Estados Unidos”, escribía el tenista, antes de que comenzara el torneo.
Hace tres días su historia en el tenis concluía, a manos de Feliciano López. Ahora se inicia el resto de su vida. “He sido honesto sobre un tema que no se considera masculino”, decía Fish. “Se nos entrena a no mostrarnos vulnerables. He abierto el libro a esa parte de mi vida porque me ayuda cuando hablo de ello. Quiero ayudar a la gente que ha pasado por lo mismo y tratar de ser un modelo para los que están en sus peores momentos. Quiero decirles que lo podrán superar”.
“Estoy a horas de jugar el partido por el que te sacrificas y no puedo hacerlo, no puedo” El tenista Mardy Fish confiesa que le dio un ataque de pánico y no pudo salir a jugar contra
Federer en el 2012