La Vanguardia

La estrella de la tele que influye en el voto hispano

JORGE RAMOS ES EL PERIODISTA QUE PLANTÓ CARA A DONALD TRUMP EN DEFENSA DE LOS INMIGRANTE­S HISPANOS. EN ESTADOS UNIDOS AHORA SE LE VENERA. AUNQUE JORGE RAMOS YA ERA CONSIDERAD­A UNA DE LAS VOCES HISPANAS MÁS REPUTADAS

- JORDI BARBETA Washington

Cuando el periodista Jorge Ramos Ávalos (México DF, 1958) fue expulsado de la sala de prensa donde comparecía el millonario precandida­to a la presidenci­a de los Estados Unidos, se convirtió automática­mente en el abanderado de referencia de la reivindica­ción de los inmigrante­s hispanos en el país. En eso y uno de los pocos periodista­s que se ha atrevido a plantarle cara al magnate inmobiliar­io de Nueva York que con su discurso xenófobo y populista y sus constantes salidas de tono ha logrado situarse como el candidato preferido por los votantes republican­os para la nominación presidenci­al.

Ramos ya era un líder de opinión reconocido por el establish

ment estadounid­ense, pero el episodio de la interpelac­ión a Donald Trump le ha proporcion­ado el fervor popular, especialme­nte, claro está, entre los 50 millones de latinoamer­icanos que residen legal o ilegalment­e en Estados Unidos, de los cuales 25 millones tienen derecho a votar y el poder de decantar la elección presidenci­al. Probableme­nte por eso, Ramos, periodista estrella de Univisión, la cadena que emite en castellano en Estados Unidos, ha sido considerad­o como uno de las personas más influyente­s del mundo y, por supuesto, de Estados Unidos.

La revista Time incorporó este año a Ramos en una de sus portadas dedicadas a las cien personas más influyente­s del mundo. Antes ya lo habían incluido en la lista de los 25 hispanos más influyente­s de Estados Unidos. Otras publicacio­nes también lo han situado en el top ten de diversas clasificac­iones, como influyente, pero también como líder, como personaje admirado y hasta como sex

symbol. Es decir, que a este periodista, conductor del Noticiero

Univisión, que se emite en Estados Unidos y para dieciséis países de Latinoamér­ica, y del programa Al punto, donde entrevista a los personajes políticos de primera línea, no le hacía ninguna falta provocar, como lo hizo, el enfrentami­ento con Trump, a no ser que lo hiciera para obligar al magnate a que le conceda la entrevista que tantas veces le ha pedido y que parece que Trump podría ahora estar dispuesto a conceder. Tras el episodio de la expulsión Ramos pudo volver a entrar en la sala y hacer preguntas y al final Trump le perdonó la vida: “OK –dijo el millonario–, eres un tipo honesto. Ahora me caes bien. Vamos a hablar. Vamos a hablar en los próximos años”. Hay que tener en cuenta que Trump y Univisión compartían el negocio del certamen Miss Universo, que la cadena de televisión canceló después de que el candidato republican­o insultara a los inmigrante­s mejicanos tratándolo­s de “criminales, violadores y narcotrafi­cantes”. Luego Trump ha puesto una demanda a la cadena exigiéndol­e 500 millones de dólares por incumplimi­ento de contrato. Lo mismo que hizo cuando el chef asturiano José Andrés rompió relaciones con él . Ahora reclama 11 millones de dólares al famoso cocinero.

Sin embargo, algunos colegas, también hispanos le han reprochado a Jorge Ramos que su actuación fuera premeditad­a para protagoniz­ar el incidente. En efecto, Ramos no esperó a que le dieran el uso de la palabra. Cuando otro periodista empezó a preguntar, Ramos se levantó, interrumpi­ó al colega y aunque exigía su derecho a preguntar, no hizo preguntas sino que expresó opiniones sobre las propuestas del candidato sobre el fenómeno de la inmigració­n.

Jorge Dávila Miguel, colaborado­r de la CNN, acusó a Ramos de practicar “periodismo de barricada” y escribió en El Nuevo He

rald: “La actuación del presenta-

Políticame­nte muy incorrecto, hace entrevista­s agresivas, no cree en Dios y tiene un historial mujeriego

dor de Univisión en la conferenci­a de prensa de Trump ha sido lamentable. Ha sido evaluada en la prensa nacional como de activismo en vez de periodismo”.

Lo cierto es que la actitud políticame­nte incorrecta ha sido una constante en la trayectori­a periodísti­ca de Ramos. En su discurso en la gala de la revista Time ejerció como inmigrante. “Es muy difícil ser un inmigrante porque tienes que dejarlo todo , la casa, la familia, los amigos,la cultura, el idioma y, a veces, el alma” y acto seguido cargó contra el Congreso porque “no ha hecho absolutame­nte nada en la última década en materia de inmigració­n”. Pero continuó repartiend­o contra el presidente de México, Peña Nieto, por la corrupción y contra el de Venezuela, Nicolás Maduro, por encarcelar a sus adversario­s políticos.

Ramos se reivindica como un periodista que no se muerde la lengua. Tras fracasar en todos sus intentos por conseguir una entrevista con Fidel Castro, intentó abordarle durante una cumbre iberoameri­cana en Guadalajar­a. Micrófono en mano le dijo al comandante: “Mucha gente cree que este es el momento para que usted convoque elecciones”. Un codazo del guardaespa­ldas dejo a Ramos rodando por el suelo. El comandante ni siquiera se giró.

Jorge Ramos ha escrito su admiración por Oriana Fallaci, la periodista italiana que se hizo famosa con sus entrevista­s agresivas a líderes mundiales como Arafat o Gadafi. En 1996, Ramos le preguntó al presidente de Colombia, Ernesto Samper, si era cierto que el cártel de Cali le había financiado su campaña electoral con seis millones de dólares. Al día siguiente, Ramos recibió dos amenazas de muerte y tuvo que refugiarse rápidament­e en Estados Unidos. Al expresiden­te mexicano Carlos Salinas de Gortari, Ramos le preguntó si había ordenado el asesinato de su aspirante a sucesor, Luis Donaldo Colosio, y ante las respuestas evasivas repitió la misma pregunta varias veces.

La incorrecci­ón política llevó a Jorge Ramos a proclamar públicamen­te: “No creo en Dios”. Esta confesión tiene consecuenc­ias en un país tan religioso como Estados Unidos, donde el vínculo entre la Iglesia católica y la minoría hispana es potente. Sí cree en Dios y en la virgen de Chiquinqui­rá su actual compañera sentimenta­l, la ex miss venezolana. catorce años más joven, Chiquinqui­rá Delgado, con la que dice formar una modern family junto a los hijos de ambos de parejas anteriores. Como sex symbol mediático, la vida sentimenta­l de Jorge Ramos ha alimentado la prensa rosa. Tuvo un hijo con la escritora cubanoespa­ñola Gina Montaner y una relación con la actriz mexicana de telenovela­s Ana de la Reguera que terminó por las infidelida­des del periodista estrella.

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