El partidazo de tu vida (I)
Se acerca el gran día, y algunos aún no lo tienen claro. Para los enamorados es fácil. Darán el “sí, quiero” más o menos nerviosos, pero ilusionados y convencidos. Para los que saben lo que no quieren también es sencillo, votarán como solían hacerlo: en contra. Que hablen ahora o callen para siempre. Pero, ¿qué pasa con los que ya están mareados de tanto meneo electoralista y no sienten atracción por ninguna de las opciones? Esos que tienen la impresión de que nadie se ha fijado en ellos, ni ha tratado de seducirles como toca. Desde la frivolidad más absoluta, voy a intentar que también puedan casarse con un buen partido el 27 de septiembre. Convertiré a cada uno de ellos en un tipo de hombre (lo que en ningún caso significa que sus simpatizantes o dirigentes sean así).
Catalunya Sí que es Pot. Es el típico que te pregunta “¿qué te apetece hacer? ¿Adónde vamos?”, antes de cada cita. Por respeto, claro, para adaptarse a ti y que estés a gusto. Pero también para eludir toda responsabilidad en el caso de que la decisión no sea la más acertada y acabéis en un restaurante
Para los enamorados es fácil; darán el “sí, quiero” más o menos nerviosos, pero ilusionados y convencidos
vacío porque pasó de moda hace tres años (que es lo que suele ocurrir cuando logras excepcionalmente que sea él quien elija). No soporta decepcionarte, y menos que le eches la culpa ni le riñas; en esas situaciones se queda mirándote muy pálido, como si estuvieras loca, lo que te pone aún más nerviosa. Tardó tres semanas en besarte por primera vez, otras seis en meterte mano, y aún espera a que te desvistas tú misma porque cree que, si lo hace él, te ofenderá. Te pregunta cien mil millones de veces si estás bien o deberíais cambiar de postura. Y vale, reconócelo, a veces finges para que acabe, mientras piensas: “Va, cariño, que tú puedes, ¡podemos!”. ¿No se suponía que tenía algo más de iniciativa?
PSC. ¿Tú te acuerdas de ese chico que le gustaba tanto a tus padres, uno guapetón con ideas brillantes que conocía a un montón de gente guay? Te presentaba a actores famosos, que eran campechanos y madrileños y cantaban a Serrat en catalán, y también a escritores de quienes habías leído todos los artículos, y a diseñadores y arquitectos. ¿Te acuerdas de las tardes que pasabais tomando copas y luego salíais hasta que amanecía porque los bares no cerraban nunca, y todas las esculturas que veíais por la ciudad las había hecho un amigo suyo u otro para las Olimpiadas? Era muy atento con todo el mundo, y educado, nada empalagoso, y tolerante, y en teoría muy radical contra la sociedad de consumo. ¿Te acuerdas de su casa en Cadaqués y de que le gustaba desayunar en Nou Barris y de que te encantaba su manera de vestir y hablabais sobre política sin parar? Sí, el de la Vespa que besaba tan bien. ¿Te acuerdas? Ya. Yo tampoco.
Recortes Cero-Els Verds. Hay un chico al que le molas, pero nunca lo sabrás, porque en la vida te fijarás en él. (Continuará).