Un tuit por 40.000 euros
Las grandes marcas pagan para colarse en los canales de las celebridades
Canales de mensajería instantánea como Twitter se consideran ya grandes medios de comunicación, con audiencias de millones de personas, que además son gratuitos. Los personajes públicos con cifras millonarias de seguidores han sido los primeros en enterarse del poder de esos canales y, especialmente, de la rentabilidad que pueden sacar de ellos. Lo saben porque las grandes marcas contactan de forma periódica con ellos para ofrecerles suculentas cantidades de dinero a cambio de que ellos promocionen sus productos en sus mensajes. Ciento cuarenta caracteres bastan para hacer llegar esa publicidad a un público que jamás tendría una sola televisión, periódico o emisora de radio.
Por todo ello, los famosos con más seguidores son cada vez más conscientes de lo que se juegan si meten la pata con un mensaje inapropiado o una fotografía a destiempo. Su marca personal puede quedar tocada.
Empresas del sector en la gestión de la comunicación de personajes públicos revelan que hay famosos, esos que tienen millones de seguidores, que han llegado a cobrar de grandes marcas con proyección mundial hasta cuarenta mil euros por un solo tuit promocionando un producto. Es una estrategia a la que cada día se suman más marcas, que por muy conocidas que sean, jamás llegarán a tener la cantidad de seguidores de una persona famosa en todo el mundo, como puede ser un futbolista, una actriz de cine, un cantante o una modelo. “Esas marcas no dudan, en la actualidad, en pagar grandes cantidades para colarse en la red social de uno de esos personajes públicos”, afirma Enric Jové.
La trampa en la que pueden caer estos famosos buscados por las grandes marcas es la de aceptar ofertas de empresas de tercera categoría. Lo ha hecho algún futbolista del FC Barcelona –aceptando, por ejemplo, cinco mil euros por anunciar en un tuit un producto sin proyección internacional– “sin ser consciente de que al prestarse a ese juego su marca personal baja varios escalones”, afirma Jové. Un buen asesor jamás habría permitido que un jugador con contrato millonario se “vendiese” por unos miles de euros.
Las empresas especializadas en la gestión de las redes sociales de los personajes públicos resultan, por otro lado, imprescindibles cuando hay que apagar fuegos en alguno de esos ca-
Promocionar un producto de segunda categoría resta credibilidad y valor al famoso
nales de mensajería. Raras veces el famoso es capaz de superar una de esas crisis sin ayuda, y los que lo han intentado sólo han conseguido avivar las llamas. Algunos deportistas han padecido esta experiencia en sus propias carnes tras haber prestado su imagen, sin consultar antes a un asesor, para promocionar actividades de ocio o productos que nada tienen que ver con su disciplina. “Cuando se acumulan millones de seguidores y esas redes pueden resultar claves, además de para mejorar la marca personal, para obtener beneficios, cada paso que se da tiene que ser muy meditado”, aconseja Jové.