“La belleza está en nuestro cerebro”
Como director de la institución Icrea. el biólogo evolutivo Jaume Bertranpetit ha sido responsable de contratar a investigadores de élite para que vinieran (o se quedaran) a trabajar en Catalunya. Deja el cargo después de ocho años para ir a continuar su carrera investigadora en Cambridge (Reino Unido).
De no haber sido científico, ¿qué le hubiera gustado ser? Historiador de la religión.
¿La cualidad que más aprecia en un científico? La visión amplia de dónde se ubica el trabajo de cada uno.
¿La que más le disgusta? El no ver más allá del artículo científico inmediato. Y el exceso de ego.
¿El rasgo principal de su carácter? Voluntad y tenacidad.
¿Qué necesita para concentrarse? Poca cosa. Es cuestión de entrena- miento y debería también enseñarse en la escuela.
¿Qué piensa que es cierto aunque no pueda demostrarlo? La importancia de la selección sexual en la evolución de las especies.
¿Su ocupación preferida cuando no le ocupa la ciencia? Fabricar pins para poner en la solapa de la chaqueta con objetos que encuentro.
¿Qué querría hacer mejor? Casi todo. Me gustaría ser más inteligente, así de fácil.
¿Cómo mantiene su cerebro en forma? Poniéndole retos. Buscando explicaciones causales, científicas, a todo y aplicando algoritmos de optimización a decisiones cotidianas.
¿Cómo le gusta relajarse? Caminando por la montaña; demostrando que una trombosis venosa profunda y una prótesis de cadera no lo impiden.
¿En qué momento del día se le ocurren las ideas? Siempre trabajando, ¡qué lástima!
¿Su mayor error? Muchos, especialmente por falta de habilidades sociales.
¿Con qué personaje histórico le gustaría conversar? Me gusta separar las personas de sus obras: si admiro una obra, no intento conocer a la persona.
¿El maestro que más le ha marcado? Luca Cavalli-Sforza, con quien trabajé en Stanford. Cuando le encontré, llevaba mucho tiempo buscando una persona inspiradora que me ayudase a encontrar preguntas interesantes en biología y evolución.
¿Su música preferida? A medida que me hago mayor, voy más hacia atrás. Hasta hace poco, la ópera barroca. Ahora, la polifonía del renacimiento. Aún me falta para llegar al canto ambrosiano.
¿Un consejo a un joven científico? Todo el mundo está a tu alcance: no te quedes cerca ni con cosas pequeñas. Think big.
¿Su fórmula, número o molécula preferida? El DNA.
¿Lo último que le ha maravillado? La belleza y paz del paisaje de alta montaña como recompensa a un gran esfuerzo físico. Y siempre pensando que la belleza no está en el objeto, sino en la función de nuestro cerebro.