España toma posiciones en el nuevo escenario iraní
El acuerdo del 14 de julio por el que Irán acepta el control internacional a su potencial nuclear, abre grandes posibilidades de negocio no sólo para Teherán sino para Occidente y en especial Europa. Una vez que se vayan levantando las sanciones impuestas tanto por la ONU como la UE hace diez años, el nuevo escenario abre oportunidades únicas, también para España.
Así, el Gobierno ha decidido no esperar a la primera evaluación del cumplimiento del acuerdo firmado por Irán y el denominado P+1 (Alemania, China, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Rusia), que se producirá en el 2016, y empezar a tomar posiciones para beneficiarse de la apertura al exterior del país del Golfo, que antes de las sanciones era exportador a España.
Los ministros de Exteriores, José Manuel García-Margallo; de Fomento, Ana Pastor, y de Industria, José Manuel Soria, llegaron anoche a Teherán, donde hoy inician hoy una visita de dos días, acompañados por directivos de 40 empresas, que tratan de buscar oportunidades en el futuro. Cepsa, Gas Natural Fenosa, OHL, Repsol, Destinia, Indra, Paradores Nacionales, Sacyr o Seat, son algunas de las compañías que buscarán información, de los proyectos del Gobierno iraní, que controla el 80 por ciento de la economía.
Antes que España, ya han viajado a Irán, además de la alta representante de la Unión Europea, Federica Mogherini, los titulares de Exteriores de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, con las mismas intenciones: Irán es un país con 80 millones de personas con un alto nivel de preparación, la segunda economía de la región, sólo por detrás de Arabia Saudí, el tercer país del mundo con las mayores reservas de crudo y el quinto país productor de gas natural. España trata de ganar el terreno perdido por el cumplimiento disciplinado de las sanciones, a diferencia de otros países de su entorno.
En el 2011, antes de las sanciones, España importaba de Irán 3.945 millones de euros, en su mayoría petróleo; después, las importaciones se redujeron a 85 millones. Si se levantaran las sanciones, España podría volver a tener un mercado abierto para garantizar mejor y a mejor precio el suministro. Pero no sólo es el petróleo. Irán tiene infraestructuras obsoletas. Las empresas españolas están interesada, entre otros proyectos, en el tren de alta velocidad entre Teherán y Mashad. Además, España siempre ha gozado de simpatía en Iran en aspectos culturales como el cine y el idioma, y quiere ganar terreno en el país por la vía cultural.
García-Margallo va con un mensaje claro de que Irán debe cumplir los acuerdos de julio para que se levanten las sanciones. España apoyará una posición moderada del Gobierno iraní para que se reincorpore a la escena internacional. De todo esto hablará Margallo con su homólogo iraní, Mohamad Yavad Zarif, entre otros altos cargos.