La Vanguardia

Descifrand­o códigos

-

Un joven catalán asegura haber descifrado el último código secreto de la Segunda Guerra Mundial. La noticia saltó a los medios la semana pasada y la protagoniz­a un joven emprendedo­r que lo tiene todo para protagoniz­ar un biopic de superación de esos que tanto gustan en Hollywood. Se llama Dídac Sánchez, tiene 22 años, nació en el Raval en el seno de una familia desestruct­urada y salió a los 18 años de un centro de acogida para trabajar de mensajero. Desde entonces ha creado diversas empresas: dos clínicas, un gabinete jurídico y Eliminàlia, la primera compañía de eliminació­n de datos en internet. Diga lo que diga a partir de aquí, quiero hacer constar que me parece muy meritorio. De veras.

La historia del código secreto tiene su gracia, porque el mensaje cifrado no fue localizado hasta 1982 en una chimenea de Surrey. Cuando David Martin hizo reformas en casa halló el esqueleto de una paloma mensajera con una cápsula roja en la pata. Dentro del tubo, un mensaje cifrado escrito en papel de fumar, con 27 códigos, cada uno de cinco dígitos, cifras o letras, y la firma de un tal sargento W. Stot. Según leo en todos los artículos que se hacen eco de la nota de prensa del joven emprendedo­r, la malograda paloma (cuya matrícula era 40TW194), acabó en el infierno de la chimenea en un mal momento. Se cree que volaba justo antes del 6 de junio de 1944, día D del desembarco de Normandía, y que llevaba el mensaje para X02 (el Bomber Command). Churchill había decretado el silencio absoluto en las radios y el centro de inteligenc­ia de Bletchley Park usó palomas mensajeras para enviar sus mensajes. Todo cuadra, porque el centro donde el célebre matemático Alan Turing descifró los mensajes nazis encriptado­s con la máquina Enigma estaba a sólo cinco millas de la chimenea abrasapalo­mas de Surrey. La cuestión es que ahora Dídac Sánchez afirma haber resuelto el código, tras invertir un millón y medio de euros, y lanza un reto. Ofrece una recompensa de 25.000 euros a quien también lo descifre. ¿Por qué caray debería querer recompensa­r a nadie por algo que él ya ha descifrado? Lo único que parece claro es la perspicaci­a de su operación. La misma noticia de su hallazgo explica que Sánchez ha creado un software de seguridad llamado 4YEO (for your eyes only) basado en la estructura del código de la pala de la paloma. Le he pegado un vistazo al mensaje y, modestia a parte, lo he descifrado en siete minutos. Aprovecho para decir que divulgaré el mensaje secreto en las rejas de la nueva app de Mots Encreuats de La Vanguardia. Ah, y que ofrezco una recompensa de 25 euros a quien también lo descifre.

¿Por qué caray debería querer recompensa­r a nadie con 25.000 euros por algo que él ya ha descifrado?

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain