La Vanguardia

El Gobierno se resiste a acoger a tantos refugiados

Rajoy pide claridad a la UE, que asigna a España 15.000 asilados más Alemania destina 6.000 millones en ayudas a los migrantes

- MARÍA-PAZ LÓPEZ

El alud de migrantes que entró en Alemania este fin de semana a través de Austria, rescatados del atasco legal en el que se hallaban en Hungría, ha dejado imágenes conmovedor­as –unas veinte mil personas recibidas con aplausos y regalos en las estaciones–, pero la primera economía de Europa tiene ahora que gestionar y financiar su presencia en el país.

Alemania anunció ayer que destinará seis mil millones de euros a afrontar esa afluencia masiva de refugiados, la mayoría procedente­s de Siria, Afganistán e Iraq, pero también de otros lugares. “Lo que estamos viviendo es algo de lo que continuare­mos ocupándono­s en los próximos años, que nos cambiará, y queremos que el cambio sea positivo, y pensamos que podemos conseguirl­o”, dijo ayer la canciller alemana, Angela Merkel, en una rueda de prensa en la que desglosó los fondos previstos, junto al ministro de Economía, el socialdemó­crata Sigmar Gabriel.

Una partida de tres mil millones de euros será añadida a los presu- puestos generales del 2016, y otros tres mil millones se destinarán a apoyar a los länder y a los municipios, según el acuerdo alcanzado a última hora del domingo por el Gobierno de coalición.

La democristi­ana CDU de Merkel, su socia bávara socialcris­tiana CSU y los socialdemó­cratas del SPD acordaron también que en los centros de acogida se suministre una parte de la asistencia material a los refugiados en especie en vez de entregarle­s dinero en efectivo –y cuando se dé dinero, que no sea a más de un mes vista–, con el objetivo evidente de hacer menos atractiva la opción germana a los inmigrante­s económicos. Otra previsión es dotar a los centros de acogida de 150.000 plazas más, y en los próximos tres años te- ner tres mil policías federales más.

El acuerdo incluye una ampliación de la lista de países considerad­os “seguros” (cuyos ciudadanos no corren peligro y por tanto no pueden aspirar a solicitar asilo) para incluir a Kosovo (origen de un número considerab­le de las peticiones que Alemania rechaza), Albania y Montenegro. En esa categoría figuran ya Macedonia, Bos- nia y Serbia. Quieren así agilizar los trámites de asilo y expulsión para centrarse en los casos de personas llegadas de países en guerra como Siria, Iraq y Afganistán. Las deportacio­nes se harán en un plazo máximo de tres meses, en vez de en seis meses.

El paquete debe ser aprobado por ambas cámaras (Bundestag y Bundesrat) en octubre, pero eso es-

DIVISIÓN DEMO CRISTIANA Los aliados bávaros de la CSU reprochan a Merkel haber enviado una “señal errónea”

tá garantizad­o al tratarse de un acuerdo de la coalición gubernamen­tal. Con todo, la decisión de Merkel de permitir el paso a Alemania a los miles de refugiados varados en Hungría ha causado una brecha con los aliados bávaros de la CSU, que el domingo la acusaron de lanzar “una señal totalmente errónea” que puede provocar un efecto llamada. Cuentan ahí tam-

bién los factores geográfico­s, pues el punto de entrada en Alemania de los migrantes que proceden de la ruta de los Balcanes es Baviera. Tras la reunión, el Gobierno reiteró que lo ocurrido este fin de semana “debe ser una excepción”.

Incluso para la reputación de eficiencia de las organizaci­ones alemanas, el flujo de migrantes ha sido demasiado, y ha llegado en tromba de modo demasiado súbito. Merkel agradeció a los ciudadanos la ayuda prestada en “un fin de semana que fue conmovedor, a veces sobrecoged­or”, y dijo que su comportami­ento había “dibujado una idea de Alemania que nos permite sentirnos orgullosos de nuestro país”.

En verdad, el prestigio internacio­nal de Alemania, que había quedado lastimado por la estricta postura alemana en la negociació­n en torno a la deuda griega, está reflo- tando con su visión de los refugiados. “Me alegra que Alemania se haya convertido en un país que la gente asocia a la esperanza, es algo precioso si consideram­os nuestra historia”, dijo la canciller. Lo resumía así ayer el diario conservado­r Die Welt: “Alemania ha pasado del papel de comisario de la austeridad al de benévolo anfitrión”.

Con todo, mientras el grueso de alemanes mostraba su solidarida­d, seguían produciénd­ose incendios intenciona­dos en albergues destinados a solicitant­es de asilo, episodios que brotan de vez en cuando y que preocupan sobremaner­a al Ejecutivo. En la noche del domingo al lunes ardió un albergue que ya estaba en funcionami­ento en Rottenburg, ciudad del land occidental de Baden-Württember­g, y seis personas resultaron heridas. Esa noche también hubo un fuego en Rockensuss­ra, en el estado oriental de Turingia, donde quedaron destruidos tres edificios vacíos que iban a alojar a refugiados.

Ya antes de que se produjera el tapón de migrantes en Hungría, Alemania preveía cerrar este año con 800.000 solicitude­s de asilo. Ayer seguían llegando a la estación de Munich, a pesar del anuncio del canciller austriaco, Werner Faymann, de una progresiva “vuelta a la normalidad” fronteriza, aunque sin mencionar la fecha en que se retomarían los controles. Angela Merkel emplazó a la UE a afrontar la actual crisis migratoria, y el ministro Gabriel habló de realismo: “Podemos aceptar a 800.000 solicitant­es de asilo este año, encontrarl­es hogar y ayudarles a integrarse, pero debería quedar claro a todo el mundo que esto no puede continuar así año tras año”. Alemania reclama ahora una nueva política europea en materia de asilo.

 ?? CHRISTOF STACHE / AFP ?? Un grupo de refugiados llegando ayer a la estación ferroviari­a de Munich, después de un fin de semana en que han llegado a Alemania miles de personas
CHRISTOF STACHE / AFP Un grupo de refugiados llegando ayer a la estación ferroviari­a de Munich, después de un fin de semana en que han llegado a Alemania miles de personas

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