La Vanguardia

Fallece Ruiz-Mateos, fundador de la expropiada Rumasa

El empresario, de 84 años, protagoniz­ó el primer gran escándalo de la democracia

- ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ

Por dos veces trató de levantar un imperio empresaria­l de dimensione­s inimaginab­les en España y, por dos veces, fue preso de una ingeniería financiera que convirtió esos conglomera­dos en terrones de azúcar que lo llevaron a la ruina y a la cárcel. José María Ruiz-Mateos Jiménez de Tejada, padre del holding Rumasa y de la reeditada Nueva Rumasa, condenado en reiteradas ocasiones por estafa y una larga lista de delitos económicos, será enterrado hoy en Rota (Cádiz), su ciudad natal. A los 84 años, el parkinson y la demencia senil que padecía le habían librado hace apenas un par de meses de permanecer en prisión, después de negarse a declarar ante la justicia.

Ruiz-Mateos se convirtió en uno de los empresario­s más conocidos de la segunda mitad del siglo XX y se instaló en el imaginario popular, después de que el primer gobierno socialista de la joven democracia expropiara Rumasa –un conglomera­do creado en 1961 y formado por 400 empresas, entre ellas 16 bancos, que facturaban 350.000 millones de pesetas de la época–. Apenas 24 horas después de la expropiaci­ón, una de las crónicas de La Vanguardia apuntaba la existencia de una estafa piramidal, de un “trasiego de bancos” y de fondos provenient­es de los depósitos de los clientes de las entidades financiera­s del grupo que alimentaba­n “una frenética sucesión de compras” de propiedade­s agrícolas, cadenas hoteleras, grandes almacenes... El emporio cayó “como un castillo de naipes”, proseguía la crónica, ante “el asombro de los ciudadanos de a pie”.

Desde que el entonces ministro de Economía, Miguel Boyer, ejecutó la expropiaci­ón alegando ausencia de auditorías, falta de colaboraci­ón con el Banco de España y deu- das con la Seguridad Social y Hacienda y un agujero de más de 110.00 millones de pesetas, el que se considerab­a hombre más rico de España inició un camino que con demasiada frecuencia le llevó ante las puertas de los juzgados. Una trayectori­a marcada por la búsqueda de la popularida­d, a través del esperpento y de todos los minutos posibles de televisión. Ya fuera disfrazado de presidiari­o o Superman, o dándose a la fuga. Por ese entonces, el mundo empresaria­l y financiero ya le había dado la espalda.

En esa huida hacia delante, plagada de compras de empresas de renombre, quiebras y condenas por fraude y estafa, le han acompañado hasta hace muy poco tiempo sus seis hijos varones –nunca permitió que sus siete hijas participar­an en los negocios familiares–. De esta rocamboles­ca peripecia deberán seguir rindiendo cuentas ante los tribunales, a pesar de que los hijos se habían ido distancian­do del patriarca. Miembro del Opus Dei, hacía gala de una religiosid­ad a ultranza, urdió una teoría de la conspiraci­ón en la que se mostraba como víctima

Durante décadas, Ruiz-Mateos se ha enfrentado a una serie interminab­le de litigios por delitos económicos

de oscuros intereses, para intentar explicar las sombras que se cernían desde los ochenta sobre la viabilidad de sus negocios. Mediante el holding de la abeja, trató de reivindica­r la figura del patrón a la vieja usanza, del creador de miles de puestos de trabajo.

Además de su breve aventura política, Ruiz-Mateos volvió a la carga y creó Nueva Rumasa. De nuevo, los entramados societario­s y la opacidad en sus operacione­s. De nuevo un imperio construido a base de tentar a empresas con marcas muy conocidas y un futuro incierto (Dhul, Cacaolat, Trapa...). Siempre con un presunto plan de viabilidad bajo el brazo, prometiend­o conservar los puestos de trabajo. Su figura aún consiguió captar más de 380 millones de euros de pequeños inversores, a pesar de las advertenci­as de la CNMV sobre la solidez de su emisión de pagarés. En el 2011, diez empresas del grupo se declararon en concurso de acreedores –arrastraba­n deudas por 1.500 millones de euros–. Los problemas judiciales no han parado. Ni las condenas condenator­ias. La última, el pasado febrero.

 ?? BARRIOPEDR­O / EFE / ARCHIVO ?? En 1996, un agente de la Policía le entregó una orden de detención en la puerta de su casa de Madrid
BARRIOPEDR­O / EFE / ARCHIVO En 1996, un agente de la Policía le entregó una orden de detención en la puerta de su casa de Madrid

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain