El España-Inglaterra se va de Madrid por las pitadas
La federación elige Alicante para un amistoso que apuntaba al Bernabeu
Los ecos de la monumental pitada del Camp Nou en la final de la Copa del Rey todavía retumban en los despachos oficiales y en el recuerdo de los aficionados. Lo mismo que los silbidos dedicados a Piqué por parte de los espectadores que el sábado asistieron al España-Eslovaquia en Oviedo. Los dos episodios se han convertido en cuestión de Estado. El presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, y el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, reprobaron ayer el acoso al defensa del Barça. “No hay que pitar a nadie. A un jugador que viste la camiseta nacional hay que respetarle, admirarle y quererle”, prescribió el ministro. La Administración pretende contener el clima de animadversión hacia Piqué para evitar que llegue a influir en el ambiente de la selección española.
Vicente del Bosque, que subrayó que la polémica no beneficia en nada, volvió a expresar su aprecio por el jugador, ayer desde Skopie (Macedonia): “Espero que se acaben los pitos a Piqué. Con la selección ha tenido un comportamiento ejemplar en sus 70 partidos. Esta es una corriente difícil de parar, no hay que mezclar unas cosas con otras”. Todo el mundo se ha confabulado en el intento de evitar que los pitos que comenzaron en León y prosiguieron en Oviedo persistan el 9 de octubre en Logroño, donde España se enfrentará a Luxemburgo en el último partido de clasificación para la Eurocopa. Los capitanes de la roja cerraron filas con la consigna: “A nadie le gustan los pitos y a nadie le gusta que a un compañero lo piten. Esperemos poder ir olvidando este tema y que se llegue a una posible solución. Si Piqué se pone esta camiseta, es porque quiere estar con la selección española” (Casillas). “Por encima de todo aquí somos España, representamos a un país y en este sentido los pitos no benefician a nadie. A Piqué cuando salta al campo no se le puede reprochar nada. Cuanto antes se olvide, mucho mejor” (Sergio Ramos).
Puedes amarle, puedes odiarle o puedes ignorarle, pero lo que no puedes esperar de Piqué es el comportamiento aséptico, políticamente correcto, que impera en el sector. Atributos como la sinceridad, la espontaneidad o el sarcasmo van asociados a un personaje que ha demostrado capacidad de resistencia a las polémicas. Pero ¿hasta cuándo? La persistencia y uniformidad en el mensaje de la selección española y de las instancias gubernamentales sugiere la existencia de preocupación por que el caso Piqué pueda enquistarse y derivar en consecuencias indeseadas. A fin de cuentas, ¿quién quiere jugar ante una afición que no valora el rendimiento?
CUESTIÓN DE ESTADO Los capitanes de ‘la roja’ y altos cargos gubernamentales instan a parar el acoso a Piqué
En este contexto, la federación anunció ayer que el amistoso contra Inglaterra previsto para el 13 de noviembre –supeditado a que la roja haya confirmado su clasificación para la Eurocopa– se disputará en el estadio Rico Pérez de Alicante. Se venía dando por hecho que el partido se jugaría en el Bernabeu, entre otras cosas porque coincidirá con la presentación de la indumentaria Adidas de la selección española para el campeonato europeo. El argumento de que la sede ha sido cambiada debido a la alta probabilidad que el estadio del Real registrara fuertes pitadas a Piqué se extendió de manera fundada por Madrid. Fuentes federativas explicaron a este periódico que el contrato con la Federación Inglesa para jugar en Alicante está firmado desde hace un mes, aunque precisaron que este documento no saldrá a la luz. El club blanco indicó que la federación no le había solicitado el estadio, pero matizó que siempre está a disposición de la selección y no hace falta ni pedirlo. “Sé desde hace semanas que el partido de noviembre, si nos clasificamos, se jugará en Alicante”, apuntó Del Bosque en línea con la federación. A veces la fuerza de los pitos mueve estadios. O tal vez no.