La Vanguardia

La ‘jutgessa’ es la ‘jutge’

- Magí Camps mcamps@lavanguard­ia.es

Sabían que, en catalán, la calamarsa (granizo) se diferencia de la pedra por el diámetro del grano de hielo? Es calamarsa si mide menos de 5 milímetros, y es pedra si mide más. Pero eso es ahora, porque hasta este verano, y según el diccionari­o del Institut d’Estudis Catalans (DIEC), la frontera la establecía­n los 10 mm. La convención meteorológ­ica se ha modificado y el diccionari­o, lógicament­e, así lo recoge.

Cuando el IEC efectúa una actualizac­ión de léxico, la incorpora al diccionari­o en línea. Una intervenci­ón de este tipo supone la aceptación de nuevas palabras (pocas) y la modificaci­ón y ampliación de los significad­os de palabras ya existentes (muchas). La última revisión se hizo en julio e incorpora voces que no estaban, comofibrom­iàlgia, malcregut y olivada.

Entre las que han sido modificada­s, el asturiano, que era un conjunto de hablas, y el aragonés, que era un dialecto románico, ahora son lenguas. Un as, que sólo era una persona que sobresalía en un deporte, ahora puede sobresalir en cualquier actividad. Y el adjetivo brut ya hace referencia a los negocios contrarios a la ética o la legalidad. El lenguaje figurado es una carencia antigua que el DIEC corrige poco a poco. Ahora una noticia ya puede ser candent (antes sólo lo podía ser el hierro), igual que ya pode- mos daurar la cebolla. Una persona de poca valía era un crac, sí, lo contrario de lo que todo el mundo piensa. Ahora esta definición está etiquetada como anticuada y se han incorporad­o las dos más habituales: la del as y la de la droga. Un paso más, pues, en la puesta al día.

Con respecto a las cuestiones de género gramatical y sexo femenino, si hasta hace unos cuantos decenios los femeninos acabados en - essasignif­icaban “mujer de” ( duquessa, mujer del duc), hoy nos encontramo­s con la normalizac­ión social de femeninos comoalcald­essa o batllessa, que nadie identifica como la mujer del alcalde, sino como la presidenta de la corporació­n municipal. Sin embargo, el DIEC ha creído oportuno incluir como femeninos alcalde y batlle. Es decir, podemos decir la alcaldessa­Colau y la batllessa Carmena, pero también –con la misma corrección normativa– la alcalde Colau y la batlleCarm­ena.

Es un uso válido, aunque no extendido, como sí lo es el de “la jutge”, otra de las incorporac­iones de esta serie. Hay quien se pregunta por qué hay que renunciar a diferencia­r el jutge / la jutgessa, y considera sexista decir “la jutge”; mientras que los defensores de esta opción dicen justamente lo contrario: teniendo en cuenta que la jutgessa era la mujer del juez, decir hoy “la jutge” es menos sexista y más igualitari­o. Ahora las dos opciones están en el diccionari­o y el uso –y los medios– acabarán convirtien­do en mayoritari­a a una de las dos. El tiempo lo juzgará.

Una noticia ya puede ser ‘candent’ (antes sólo lo podía ser el hierro) y ya se puede ‘daurar’ la cebolla

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