“Más de 2.000 asilados antes de tres meses”
Catalunya insta al Gobierno central a que concrete ya cuántos refugiados está dispuesto a aceptar y cómo se distribuirán
Las metáforas sobre esta cuestión son obscenas y de mal gusto. Pero imagínese que un hotel a medio construir espera a unos invitados muy especiales en autobús. Pues bien, el carpintero que debe hacer las camas de los invitados no tiene clavos suficientes. El autobús se ha puesto en marcha y aún no sabe a cuántos viajeros transportará. Y el hotel, Catalunya, ni siquiera sabe cuándo llegarán.
Sólo que no vienen en autobús, sino andando desde Hungría.
La propuesta de Ada Colau para que Barcelona lidere una red de ciudades refugio ha cosechado un sinfín de apoyos, pero la respuesta del Estado –que tiene la última palabra– sigue siendo tibia. La alcaldesa asegura que Mariano Rajoy ha contestado “con vaguedades” a la carta que le envió. Pero esto ya no es una cuestión sólo de Ada Colau. Catalunya en bloque exige que el Gobierno “esté a la altura de las circunstancias”, como se vio ayer en la Generalitat, donde se reunieron consellers, ayuntamientos, secretarios y directores generales, re- presentantes de entidades municipalistas, el Fondo de Cooperación, las cuatro diputaciones, la Cruz Roja, el Consell de l’Advocacia, oenegés que trabajan con refugiados y la Taula del Tercer Sector, que representa a 3.000 entidades, la punta de lanza de la sociedad civil catalana.
Todas estas organizaciones, que prevén acoger “a más de más de 2.000 refugiados sirios antes de tres meses”, piden al Estado que concrete ya la cifra de solicitantes que aceptará y cómo se distribuirán por comunidades autónomas. Y que se agilicen los trámites para la concesión de asilo y aumenten las partidas presupuestarias para los refugiados. “No tenemos ni idea” o “nos falta información”, fueron dos de las expresiones más repetidas en la reunión de ayer. Hasta la consellera y vicepresidenta del Govern, Neus Munté, y la alcaldesa Colau admitieron que la cifra de 2.000 refugiados está pendiente de que Rajoy se pronuncie. La Generalitat aprovechará la reunión que la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, mantendrá hoy con delegaciones de las comunidades autónomas para exigir más concreción. Los reunidos ayer también estarán muy al tanto de la cumbre urgente que Europa convocó hace dos semanas y que se celebrará el lunes. España, repitió ayer Ada Colau, es el segundo país de la UE que recibe más fondos comunitarios para la ayuda a los inmigrantes, más de 500 millones de euros, una cifra sólo superada por Grecia. “Ya es hora de que se aclare en qué se gasta ese dinero: menos concertinas y más asistencia a víctimas de gravísimas violaciones de derechos humanos”.
El año pasado, España sólo concedió 1.500 asilos de las 6.000 peticiones que recibió. En apenas 48 horas, el correo electrónico habilitado por el Ayuntamiento de Barcelona para canalizar la ayuda de los voluntarios ha recibido más de 2.000 cartas. Los remitentes son familias, instituciones y universidades. Ayer se levantó un poco el pie de este acelerador: con el voluntarismo no basta. El papel de estas personas y entidades será capital, pero la ayuda debe ser “profesional” y se ha de tener en cuenta que los refugiados vienen “para un largo período”. La mayoría, explican los médicos consultados, algunos de ellos reconocidos profesionales sirios que ejercen en Catalunya (véase la página siguiente), tiene y tendrá durante mucho tiempo “trastornos psicológicos y un grave estrés postraumático”.
La propia comunidad siria en Barcelona insistió ayer en que la solución tiene que venir de los gobiernos, no de las oenegés. Siria ha abierto la espita, pero en la reunión de ayer en la Generalitat
“Ya es hora de que el Estado aclaré en qué gasta el dinero de la UE para los refugiados”
El Govern, municipios, directores generales, abogados, Cruz Roja, las cuatro diputaciones...”
dos”. El Ayuntamiento, que ha doblado las dotaciones para el servicio municipal de atención a los inmigrantes, ya ha comenzado a inventariar todos los recursos de que dispone. La Generalitat hace lo mismo y auspicia la creación de un comité áulico, con una representación parecida a la que se reunió ayer en el Palau de la Generalitat, para hacer el seguimiento de este drama humano (y no humanitario, como dicen tantos políticos y periodistas).
Y ahora, de nuevo las metáforas. Con intención de ayudar a los periodistas el gabinete de prensa de la Generalitat les entregó la lista de “asistentes a la reunión cum
bre para tratar de la posible recepción temporal de una cuota de refugiados en Catalunya”. Más allá de lo afortunado o no de una redacción apresurada, llama la atención que se dieran los nombres completos de los 26 asistentes y se hablase de “cuota” de refugiados. Siria tenía antes de la guerra 21 millones de habitantes. Unos 7,6 millones (más que toda Catalunya) se han desplazado en su propio país. Y luego están los que han podido huir: 1.330.000 en Líbano; 625.000 en Jordania; 250.000 en Iraq... Y en Europa, 348.000. Sólo este año al menos 2.500 sirios han muerto en un Mare Nostrum que cada vez más es un Mare Mortum. Y no eran
cuotas. Eran padres, madres, hijos, hijas... se recalcó que “no puede haber refugiados de primera y de segunda”. Ya hay en Barcelona más de mil eritreos, afganos y, sobre todo, ucranianos que han conocido la lentitud y la falta de agilidad de la burocracia española. Además de prepararnos para los que han de venir, Colau insistió en que estas personas, que pueden esperar entre tres y cinco meses hasta que la Delegación del Gobierno les dé cita, “necesitan una atención más digna por parte de las autoridades”. Por el momento sólo les han ayudado “entidades sociales con recursos muy limita-