Sin deuda europea
El Eurogrupo aguarda sin inquietud las elecciones en Grecia
El Gobierno alemán ha puesto el freno al proyecto de crear una garantía europea de depósitos, decisión que ha contado con el apoyo de los ministros de economía de la Unión Europea, temerosos de verse arrastrados si se produce una crisis como la sufrida por Grecia.
La creación de una garantía europea de depósitos bancarios tendrá que esperar. Las tesis del gobierno alemán contra el comienzo de los trabajos legislativos para pasar a la tercera fase teórica de la unión bancaria fueron ayer respaldadas por sus socios de la zona euro. Con el amargo recuerdo de la última fase de la crisis de Grecia presente en la memoria, los ministros de Finanzas de la eurozona se mostraron reacios a asumir riesgos financieros derivados de errores en otros países y optaron por aplazar los debates, a pesar de los llamamientos del Banco Central Europeo a avanzar a la par en más responsabilidad y más solidaridad en la unión monetaria.
“Ha de irse por fases”, resumió Pierre Gramegna, ministro de Finanzas de Luxemburgo, país que ostenta la presidencia rotatoria de la Unión. “La cuestión es cuándo se producirá la mutualización de riesgos. Cuando veamos que hay más responsabilidad, será el momento de hablar de un seguro europeo de depósitos”, planteó al término de la reunión de dos días celebrada en Luxemburgo. “La puerta no está cerrada, sólo es cuestión de cuándo” se dan las condiciones, añadió. Benoit Coeure, consejero ejecutivo del BCE, no ocultó sus discrepancias. “El marco institucional del eu- ro como está hoy no sirve para generar crecimiento”, avisó; “hay que compartir más soberanía sobre nuestras políticas económicas y presupuestarias” y avanzar en la unión bancaria. Coeure enfatizó que “no se está hablando de dinero público sino de las contribuciones del sector privado” a un futuro fondo común que funcionaría como seguro europeo de depósitos. Así, igual que ocurre a nivel nacional, parte de la factura de una crisis se repartiría entre todas las entidades.
Alemania, reacia a que bancos paguen por crisis en otros países de la eurozona, plantea estrictas condiciones para dar ese salto. La más relevante, la creación de un marco legal para la reestructuración de la deuda pública de los países de la zona euro y, en caso de rescate, facilitar este tipo de procesos. Esto llevaría a los mercados a evaluar caso por caso la deuda soberana de cada país y cambiaría su percepción de riesgo. De acuerdo con la lógica de Berlín, esto llevará a los gobiernos a ser más responsables en sus políticas presupuestarias para evitar ser castigados con costes más altos de financiación. Berlín plantea además poner un tope a la cantidad de deuda pública que los bancos pueden comprar, para evitar que los Estados en apuros se apoye nen sus sector bancario. De esta forma, argumentan, se romperá el vínculo, fatal para países como España o Irlanda, entre deuda privada y soberana.
El Eurogrupo abordó ayer la situación financiera de Grecia. Y por primera vez en ocho meses, lo hizo sin particular inquietud. Las elecciones anticipadas convocadas por Alexis Tsipras tras aprobar, sin el apoyo de todo su partido, las primeras medidas del nuevo rescate se celebrarán el próximo domingo. Y para satisfacción europea, “los sondeos indican que hay una clara mayoría favor de los partidos que han apoyado” la puesta en marcha del nuevo plan y las reformas a las que está condicionado, destacó el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. Las encuestas preven de una ligera pero ajustada victoria de Syriza sobre Nueva Democracia, lo que invita a Bruselas a soñar con la formación de una ‘gran coalición’ que dé estabilidad al país. Si Atenas sale airosa de la revisión del rescate a finales de octubre, el nuevo gobierno podrá comenzar a discutir la ansiada reestructuración de la deuda griega.
Berlín quiere un marco para reestructurar la deuda de los países del euro, lo que encarecerá su financiación