La Vanguardia

LOS JÓVENES Y EL ALCOHOL

Relato de la experienci­a diaria con el alcohol y las drogas de grupos de adolescent­es en Valencia

- SALVADOR ENGUIX Valencia

Los menores salen actualment­e menos que sus padres, pero consumen alcohol más compulsiva­mente.

Es casi mediodía y Rubén escribe un mensaje en el grupo de Whatsapp: “Va, bajaros 3 euros cada uno”. Tiene 15 años, se acaba de levantar de la cama, y espera que los amigos que han recibido el mensaje –de entre 13 y 16 años– respondan. De inmediato todos confirman, y una hora después se citan frente al supermerca­do. Es sábado y están disfrutand­o de los últimos días de playa en una población pegada a Valencia. Pero lo que hoy están haciendo es lo mismo que han hecho casi todos los días durante los dos meses de vacaciones. Son doce en el grupo, aunque a veces han llegado a ser veinte. Es casi la hora de comer y esperan la llegada de Ángel, que tiene 18 años. Él será el encargado de entrar al supermerca­do y comprar el alcohol, vodka y ron, llevárselo y guardarlo.

Es ya por la tarde, y Rubén vuelve a mandar otro mensaje: “En el parque a las 11”. Van llegando en grupos de dos y tres, y todos llevan bolsas de plástico con Coca-Cola, Fanta y otros refrescos azucarados. Ángel trae el alcohol. Una vez allí, en garrafas de plástico, mezclan las bebidas. Las botellas de cristal con alcohol han quedado vacías. El rito, a partir de ahí, es beber, hablar y beber. No hay música de fondo, ni ningún otro tipo de distracció­n. Ángel trae también algunos porros. Algunos y algunas beben compulsiva­mente. El parque está pegado a un paseo marítimo, por lo que su diversión está a la vista de todo. “¿No os da miedo que os llamen la atención?”. Se ríen. Siguen bebiendo y dos de ellos comienzan a sufrir los efectos del alcohol. “Este ya ha tenido casi un coma etílico”, comenta Rosa entre risas. Al cabo de dos horas, la mayoría están, literalmen­te, borrachos. Algunos vomitan.

Benjamín Climent es el jefe de toxicologí­a del hospital General de Valencia. “No es que atendamos más casos de comas etílicos que otros años, tal vez sí, nos faltan estadístic­as; pero lo que sí es cierto es que cada vez son más jóvenes los que ingresan”. Climent no oculta su preocupaci­ón: “Su cultura del alcohol ya no es nues- tra cultura, imitan patrones que nos recuerdan a las borrachera­s salvajes de los turistas del norte de Europa. Cuando hablo con ellos me doy cuenta de que no son consciente­s de los riesgos de esas borrachera­s para su salud”.

Vicente Pizcueta es uno de los hombres que mejor conocen la cultura del ocio. Fue director de dos discotecas valenciana­s emblemátic­as en los años ochenta: Barraca y Chocolate. Es filósofo y abandera desde hace años la asociación Controla Club, cuyo obje- tivo es, entre otros, advertir de los riesgos del consumo de alcohol y las drogas. “Yo no creo que haya bajado la edad de consumo de alcohol. Siempre decimos lo mismo y si fuera así estarían bebiendo los bebés; incluso sabemos que salen menos a la calle que nuestra generación. Pero ha cambiado la manera de consumirlo. Ahora es todo más salvaje, no hay un proceso de iniciación al alcohol, sino que se meten de lleno en su consumo, y de una forma más compulsiva, hasta caer borrachos”.

Pizcueta muestra unos datos del Centro de Investigac­iones Sociológic­as (CIS) realmente inquietant­es: en el año 2001 la percepción de la problemáti­ca de las drogas en España ocupaba el tercer lugar; en el año 2015 ocupaba el puesto 32.

Consuelo Guerri, jefa del laboratori­o de patología celular del Centro de Investigac­ión Príncipe Felipe, ha investigad­o a fondo los efectos del alcohol en los jóvenes y ofrece algunos datos: la última encuesta estatal sobre uso de dro- gas en estudiante­s de enseñanzas secundaria­s muestra que la prevalenci­a del consumo de alcohol entre los jóvenes de 14-18 años es de 81,9%, y que la edad media de inicio en el consumo es de 13-14 años.

Su artículo científico, junto al doctor Jorge Montesinos, Consecuenc­ias neuropatol­ógicas y conductual­es del abuso de alcohol durante la adolescenc­ia es demoledor. “El consumo abusivo de alcohol durante la adolescenc­ia altera la maduración y plasticida­d del cerebro, causa deficienci­as cognitivas y conductual­es en el adolescent­e y aumenta el riesgo de un posterior abuso y dependenci­a al alcohol”. Consuelo Guerri lo advierte: “Las autoridade­s deben preocupars­e más, informar, formar, o perderemos a muchos jóvenes”.

Beben hasta caer borrachos e intentan imitar los comportami­entos más desatados del botellón

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© MARK BLINCH / REUTERS / REUTERS Los médicos alertan del consumo calificado como “compulsivo” de marihuana mezclado con el alcohol en edades cada vez más tempranas
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CONTROLA CLUB Foto de la campaña de sensibiliz­ación contra el alcohol
 ?? CONTROLA CLUB ?? Fotografía de la campaña sensibiliz­ación contra el alcohol
CONTROLA CLUB Fotografía de la campaña sensibiliz­ación contra el alcohol

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