“Creía ser el marqués de Bradomín”
Éxito en Nueva York de Manolo Blahnik con premio y libro
A pesar del éxito, queda ese pequeño rincón para la vanidad.
Manolo Blahnik, el hombre que ha pulverizado con sus tacones eso de “zapatero remendón” y “zapatero a tus zapatos”, saca el móvil y toma unas fotografías del escaparate.
Detrás de la cristalera no se exhiben sus stilettos, más conocidos como “manolos”, de los que Madonna dijo que“son mejores que el sexo, y duran más”.
Frase que resume la admiración que las famosas de todo tipo y pelaje muestran por el vestuario pedestre imaginado por este revolucionario del calzado e icono internacional.
Lo que se promociona en la vitrina son diversos volúmenes de un mismo libro, que precisamente luce en el título el nombre del que se ha parado a hacer la foto: Manolo Blahnik, fleeting gestures and obsessions.
O lo que es lo mismo, los gestos fugaces y las obsesiones de este canario universal de 72 años que se ha entronizado entre los mitos de la época.
“¿Estáis aquí por mí?”, pregunta, al acceder a la librería Rizzoli, a los que guardan una larga cola, a la espera de entrar al auditorio del establecimiento de Manhattan donde se va a presentar su tarea literaria.
“Hemos venido por sus tacones”, replica una fan. Dejar ir un gesto para remarcar que habla desde la carísima perspectiva de una de sus creaciones.
“Sólo vamos a decir tonterías”, bromea él, sin esconder el halago que significa esa larga fila convocada por su libro. En su elaboración han colaborado Pedro Almodóvar, Sofía Coppola, Rafael Moneo o André Leon Talley, ideólogo de Vogue, y con el que charla esta tarde de viernes en el abarrotado acto de presentación.
A partir de las cuestiones y anécdotas del exuberante Talley, Blahnik desmenuza el sentido de su redactado, una especie de memorias visuales.
Por ejemplo, la película Barry Lyndon, firmada por Stanley Kubrick, en 1975, le causó una “gran inspiración” para su desarrollo artístico, en buena medida por la presencia de Marisa Berenson. Una de sus musas junto a Paloma Picasso, Bianca Jagger o Tina Chow. Sin olvidar a Marlen Dietrich.
Sin embargo, coloca otro film, Senso de Visconti (1954), con Alida Valli, en la cima. “Es- ta obra abrió mis ojos”, sostuvo.
Mujeres. “Ellas son las que me inspiran, y sus movimientos, que aún se pueden captar aunque ahora se vaya muy rápido”. El “eterno femenino”, como escribió Fernando Márquez, el Zurdo, conduce al evento del miércoles en el Lincoln Center. “Es el único hombre que me ha acompañado literalmente en cada paso”, afirmó Uma Thurman al entregarle el premio del Consejo de Diseñadores de Nueva York, la primera vez que un autor de zapatos lo gana.
Dos días después, en la charla
El Consejo de Diseñadores de Nueva York le premia por sus creativos zapatos Adorado por las estrellas, sus ‘manolos’ se inspiran en la cultura y en el andar de las mujeres
de la librería Rizzoli, Blahnik no hizo alarde de esa distinción.Habló de la influencia de la arquitectura, en concreto de El Escorial, en su trabajo. O de la importancia de autores como Gore Vidal o Valle-Inclán. “De pequeño quería ser el Marqués de Bradomín”.
La cola de los que se quedan al final para la firma es algo inferior a la inicial. Pero tiene su mérito. El libro, de buen peso, cuesta 150 dólares.