Enemigo de la viruela
JOHN DONALD MILLAR (1934-2015) Médico y químico
Estuvo a cargo de la campaña de erradicación de la viruela, la pandemia que mató a más de 300 millones de personas. John Donald Millar fue médico, químico y director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos entre 1966 y 1970, donde desarrolló su programa de erradicación de la enfermedad en África, principal foco de contagio. Cuando Millar asumió su cargo habían pasado casi 20 años del último caso de viruela identificado en Estados Unidos pero la enfermedad seguía siendo un problema a nivel internacional.
Millar inició la campaña en África occidental y central. Desde las oficinas de Atlanta, él mismo supervisaba la formación y el posterior desempeño de los médicos y enfermeras que trabajaban en unos 20 países africanos. Aunque iniciada a mediados de los años 60, la campaña vio la gloria en 1980 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la viruela había sido erradicada, el último caso de contagio natural se registró en Somalia en 1977.
La campaña de Millar consistía en la vacunación masiva en los festivales y mercados, ya que allí se reunían los habitantes de asentamientos rurales a los que era difícil llegar.
La campaña entrenó a 4.000 africanos para que administraran las vacunas. En 1969 ya se había vacunado a 100 millones de personas y sentó un modelo que se copió en India, Pakistán, Bangladesh, Afganistán y Brasil.
Millar nació en febrero de 1934 en Virginia. Se licenció en química y luego en medicina. En 1961 se incorporó al ejército y más tarde formó parte del Servicio de Inteligencia de Epidemias. Se retiró en 1993 y se dedicó a trabajar para una consultora y continuó investigando. Fue entonces que revisó su posición en la que, a fines de los 60, aseguraba que no hacía falta continuar administrando la vacuna. Su duda surgió luego de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York cuando, ante el temor de otro ataque terrorista consideró que la viruela – como el ántrax– podía ser un arma de destrucción de la población sin defensas. Ante el surgimiento de aquellas dudas por parte de la comunidad científica el gobierno estadounidense fabricó vacunas suficientes para toda la población.
Aquellas conjeturas tenían un fundamento: si bien la viruela había sido erradicada como enfermedad en 1980, el virus que la causa –el variola virus– se conserva aún hoy en Rusia y, según hallazgos del año pasado, también se preserva en un laboratorio de Maryland.
No es Estados Unidos el único país que aún está prevenido ante una posible inoculación de la viruela. La posibilidad de un ataque bioterrorista ha alertado a más de un gobierno ya que se trata de una enfermedad para la cual no hay tratamiento y además de los millones de muertos que ha causado, hay millones más de desfigurados. España compró en el 2003 dos millones de vacunas, aunque se ha puesto en duda si no estarían ya caducadas.
En una entrevista con The Washington Post en el 2002, Millar dio una posible solución al tema. Aseguró que el enfoque más racional sería la disponibilidad sistemática de la vacuna para las personas que la quieran, de modo que no sería necesario enfrentarse a la tan exigente tarea de tener de pronto una demanda masiva en un marco de tiempo determinado. “Si realmente existe un riesgo, podemos hacer lo que sea necesario”, decía Millar dejando a todos un poco más tranquilos.