Valentía sin fundamento

Que Cristiano Ronaldo llevara siete partidos sin marcar era un factor añadido de preocupación... para el Espanyol. Ayer fue un Miura incontenible y no tardó ni 20 minutos en sentenciar, pero cuando un partido acaba 0-6 es evidente que las (tremendas) diferencias no las explica un solo hombre. ¿Cómo se puede no ya ganar al Madrid sino evitar un descalabro? Que es, sin ir más lejos, lo que logró el Sporting, sin duda mucho peor equipo que el Espanyol, en la primera jornada. Para empezar, no debes tener el menor reparo, aun en casa, en dedicar todos tus esfuerzos a defender. Jugar muy juntos (valga el eufemismo para decir que lo haces con los once metidos en el área propia), hablar mucho, no dejar espacios, esperar que el rival se ponga nervioso si tarda en marcar... Y rezar, rezar mucho.

Al Espanyol no le dio tiempo a rezar. Sólo para ilusionarse al ser suya la primera llegada al área. Sergio quiso ser de nuevo valiente. Nada de poblar la alineación de centrocampistas defensivos. Lo malo es que era una valentía sin fundamento. Se ha quedado sin las mejores piezas de un grupo que ya antes no estaba en condiciones de buscarle las cosquillas al Madrid. Cuando Cristiano y compañía pusieron la directa (bastó un ratito y viene la Champions) encontraron todas las facilidades en una defensa que dejaba muchos metros a su espal- da y un centro del campo que permitía excesiva libertad de movimientos a la orquesta dirigida por Modric. Con tantos espacios, el Madrid es imbatible.

Más vale perder una vez por seis goles que seis por uno. Cierto. Y que contra el Madrid o el Barça sólo juegas cuatro partidos. Pero en El Madrigal ya le cayeron tres al Espanyol en menos de media hora. El equipo ha de construirse a partir de la seguridad defensiva y éste es un trabajo de grupo que no se circunscribe al portero y los defensas.