Batuta de muchas teclas
OBC
El crítico musical Jorge de Persia escribe sobre la nueva etapa de la OBC, bajo la dirección del japonés Kazushi Ono, encargado además de la Ópera de Lyon y de la Orquesta Metropolitana de Tokio: “Sus cualidades como director son innegables (...) Pero lo que se necesita aquí es un trabajo sistemático y de fondo”.
Intérpretes: Cor Madrigal, Lieder Càmera; Vadim Repin, violín; Kazuchi Ono, director Lugar y fecha: L’Auditori (27/IX/2015)
El director japonés Kazushi Ono, de mucha experiencia con los repertorios de ópera en importantes teatros de Centroeuropa, ha comenzado con este concierto su temporada como titular de la OBC. Todo un reto –supongo que lo sabe- porque el nuestro es indudablemente otro mundo, con una orquesta de muy buenos músicos, con necesidades y con disciplinas muy diversas y personales, y distintas a las que seguramente ha de encontrar en Lyon, donde es director de la prestigiosa Ópera, o en su ciudad, Tokio, donde tiene como objetivo elevar el nivel de su Orquesta Metropolitana. Como punto de partida creo que tanto pluriempleo no es bueno, aunque sus cualidades como director son innegables, a la vista además de lo que ha hecho estos días. Pero lo que se necesita aquí es un trabajo sistemático y de fondo.
El programa de apertura proponía obras importantes, como In Fall, de Héctor Parra, que ya había estrenado la OBC en el 2012 y que se dio ahora en versión corregida y al parecer en buena interpretación. En principio lo que quedó de esta audición fue un gran trabajo en el color, en que juegan fuerte las maderas y las flautas, junto al ámbito de la percusión, y una visión estructural –yo diría casi programática en relación a las teorías físicas sobre el universo- que lo alberga. Siguió una versión sensible, expresada con naturalidad, del Concierto para violín nº 2 en sol menor de Prokofiev, por un solista de sonido precioso e intensidad y variedad expresiva como es Vadim Repin, que la orquesta acompañó con buen criterio y autoridad en las difíciles rítmicas. El regalo, la propina, el comienzo de la sonata para dos violines de Prokofiev con Repin y Cristian Chivu, concertino asociado de la OBC, exquisita. Completó el programa la versión de Daphnis et Chloé que Ravel compuso para los Ballets Rusos. Los coros Madrigal y Lieder Càmera, vinculados a la OBC, hicieron un buena tarea, aunque sin el sonido y trabajo de contrastes que se espera en esta obra de sonoridad tan poco terrenal. La orquesta dejó ver una muy buena dirección de Ono, preocupado en los matices y la proyección expresiva, aunque con poca ondulación y respiraciones, y buena luminosidad que emergió de clarinetes y de otros solistas del viento y homogeneidad en la cuerda. En síntesis, un concierto inaugural que augura mucho trabajo.