Rusia entra en la guerra de Siria con bombardeos aéreos
Un grupo de oposición a El Asad apoyado por Occidente denuncia que los aviones rusos han atacado sus posiciones y no las del EI
El pasado lunes Vladímir Putin se presentó en la Asamblea General de la ONU como un nuevo jugador en la guerra de Siria, y luego enseñó incluso algunas de sus cartas al presidente estadounidense, Barack Obama. Sin perder más tiempo tras la excelente mano en Nueva York, el jefe del Kremlin comenzó a jugar ayer mismo y Rusia entró oficialmente en la guerra para ayudar a su aliado, Bashar el Asad.
El Consejo de la Federación (Cámara Alta del parlamento) aprobó por unanimidad el uso de las fuerzas armadas rusas en el exterior tras la solicitud de Putin, quien horas antes había recibido una petición de ayuda formal del líder sirio.
A las pocas horas, los cazas rusos entraron en acción. El Gobierno de Estados Unidos registró los primeros ataques rusos en Siria en la provincia de Homs, como informó la agencia Reuters. Poco después lo confirmaba en Moscú el Ministerio de Defensa. El departamento que dirige Serguéi Shoigú aseguró que antes de la operación había informado de la misma a los funcionarios estadounidenses en Bagdad. El Go- bierno ruso detalló, sin embargo, que los dos aviones de guerra que habían efectuado el ataque habían sido pilotados por pilotos sirios.
El jefe de la Administración presidencial, Serguéi Ivanov, destacó que la operación era legal, al ser una respuesta a una petición de ayuda de un estado soberano, como marcan las normas internacionales.
Tanto él como Putin destacaron que el juego ruso tiene unos límites en la forma y en el tiempo. El jefe del Kremlin prometió “no meterse de cabeza” en el conflicto sirio. “Nuestras acciones se llevarán a cabo dentro de un marco estricto. En primer lugar, vamos a apoyar al ejército sirio exclusivamente en su lucha legal contra los grupos terroristas. En segundo, este apoyo se realizará desde el aire, sin participación de operaciones terrestres”, explicó a los miembros del Gobierno ruso. El líder ruso ya descartó este último punto el pasado lunes, tras reunirse en Nueva York con el presidente de EE.UU., Barack Obama.
La semana pasada, Rusia creó junto con Siria, Iraq e Irán un centro de coordinación para la lucha contra el terrorismo en Bagdad, que entrará en pleno funcionamiento en octubre- noviembre. A Moscú puede servirle como germen de la coalición contra el terrorismo que ha propuesto Putin. El centro se dedicará a la recogida, tratamiento, resumen y análisis de información
La oposición siria acusa a Moscú de atacar sus posiciones y Occidente pide explicaciones
sobre la región, especialmente sobre la lucha contra el EI, y será remitida a los mandos militares de los cuatro países.
Durante el mes de septiembre Moscú ha aumentado el envío de material militar e instructores al país árabe y ha llevado a cabo reparaciones en su única base naval en el exterior, la de Tartus.
El Estado Islámico se ha convertido en un enemigo común tanto para los países occidentales como para Rusia. Esa circunstancia hace que estos días se esté dejando de lado la crisis de Ucrania, que ha en- frentado a Moscú con los países occidentales desde que en marzo de 2014 Rusia se anexionase la península de Crimea.
En Nueva York, Barack Obama admitió con cuidado que podría colaborar con Rusia y con Irán en la lucha contra el EI, aunque sigue manteniéndose la principal dife- rencia: Washington ve a Bashar el Asad como parte del problema, no de la solución, pero Moscú no está dispuesto a dejarle caer.
Los países occidentales están moderándose a la hora de pedir la salida del poder del líder sirio, lo que indicaría cierta manga ancha para la jugada de Moscú.
El martes el Pentágono anunció que el secretario de Defensa, Ashton Carter, había establecido “una línea de comunicación directa” con su homólogo ruso, Serguéi Shoigú, para evitar que las dos campañas de bombardeos aéreos se solapen y causen conflictos entre sus fuerzas.
Pero entre los grupos rebeldes que forman la oposición a Asad y en algunos países occidentales sigue habiendo dudas de las intenciones del Kremlin. En el Pentágono los funcionarios estadounidenses señalaron que no parecía que las áreas atacadas ayer fueran las controladas por las milicias del EI, sugiriendo que los aviones se podrían haber dirigido contra las oposición siria del Ejército Libre Sirio.
Este grupo, que tiene el apoyo de Occidente, aseguró que los aviones rusos habían bombardeado sus po-
“NO DE CABEZA” Como dijo a Obama, Putin descarta una intervención terrestre rusa
ADVERTENCIA
Kerry señala que EE.UU. aceptará los ataques si sólo se dirigen contra el EI
siciones en la provincia de Hama. El líder del Consejo Nacional Sirio, Jaled Joya, denunció la muerte de 33 civiles, incluidos tres niños, y aseguró que las zonas atacadas no las controlaban ni el EI ni Al Qaeda.
El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, dijo ayer en una reunión de ministros de Exteriores del Consejo de Seguridad de la ONU, en Nueva York, que Washington está dispuesto a dar la bienvenida a las acciones rusas en Siria si se dirigen únicamente contra el EI y Al Qaeda. El ministro británico Philip Hammond pidió a Rusia que explicase si sus acciones habían ido contra la oposición moderada siria.
Un día después de que Barack Obama reuniese a líderes de todo el mundo en la cumbre sobre el extremismo violento, se celebró ayer una reunión del Consejo de Seguridad a propuesta de Rusia. En ella, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, advirtió que el EI se ha convertido en la peor amenaza posible y que está en posesión de “elementos de armas de destrucción masiva”, y pidió la unión de todos los países en la lucha contra el terrorismo yihadista.