Atentados en China
Un total de 17 paquetes bomba estallaron en varios edificios públicos en Liucheng
Una oleada de explosiones provocadas causa la muerte de siete personas y más de 50 heridos en el distrito de Liucheng, en la sureña región autónoma china de Guangxi.
China se vio sacudida ayer por una cadena de atentados. Una oleada de explosiones provocadas causó la muerte de siete personas y más de 50 resultaron heridas en el distrito de Liucheng, en la sureña región autónoma de Guangxi, a unos 600 kilómetros al noroeste de Cantón. La policía detuvo a un sospechoso de haber llevado a cabo lo que calificó de “acto criminal” y descartó que hubiera sido un ataque terrorista.
Un total de diecisiete explosiones, una detrás de otra, sacudieron ayer entre las tres y las cinco de la tarde la ciudad industrial de Liuzhou y sus alrededores, en el distrito de Liucheng. Las deflagraciones, provocadas por paquetes bomba, afectaron a diversos edificios públicos como la se- de del gobierno, un hospital, una estación de autobuses, varias zonas comerciales e incluso una cárcel, según la prensa local.
Las imágenes publicadas por testigos en las redes sociales a través de Weibo (el equivalente a Twitter en China) revelaron que se trataba de artefactos explosivos de gran potencia. En una de ellas se observaba, por ejemplo, un edificio de cinco plantas medio derruido y en otra, la fachada de la sede del gobierno comarcal seriamente afectada, con muchas de sus ventanas rotas. También mostraban calles llenas de escombros, provocados por las explosiones, coches volcados y personas atendiendo a los heridos.
Anoche, las autoridades de la ciudad de Liuzhou, que supervisa el distrito de Liucheng, señalaron que las explosiones habían dejado un balance provisional de siete muertos, dos desaparecidos y al menos 51 heridos. Cifras que los medios locales apuntaban que podrían ser más elevadas.
Desde un primer momento, los responsables policiales no descartaron ninguna posibilidad, pero evitaron afirmar que se tratase de un ataque terrorista. China ha sufrido durante años ataques esporádicos con explosivos contra sedes oficiales, especialmente en las zonas rurales. Cometidos, en la mayoría de los casos, por personas descontentas con decisiones de las autoridades, como expropiaciones de tierras o demoliciones forzosas. Tras las primeras investigaciones, las autoridades descartaron el móvil terrorista. El jefe de la policía de Liuzhou, Zhou Changqing, calificó el atentado de “acto criminal” y explicó que las explosiones fueron provocadas por artefactos
La policía detiene a un sospechoso, pero se ignora cuáles pueden haber sido sus motivaciones
explosivos entregados a través de paquetes postales, según la cadena de televisión estatal CCTV.
Pocas horas después, la policía anunció la detención de un primer sospechoso, si bien se desconoce los motivos que le habrían impulsado a llevar a cabo esta acción violenta. Se trataría de un vecino de la ciudad, de unos 33 años, apellidado Wei, según señaló el Diario del Pueblo. Durante sus indagaciones, localizaron más paquetes postales con explosivos en otras partes de la ciudad.
La especulación de que hubiera sido un atentado terrorista había ganado enteros en un primer momento debido a que tanto ayer como hoy son días importantes en el calendario chino. Pocas horas antes de las explosiones, las autoridades del gigante asiático habían conmemorado el Día de los Mártires en una ceremonia que tuvo lugar en la plaza de Tiananmen de Pekín, donde rindieron homenaje a aquellos que dieron su vida por la independencia del país o el bienestar de su pueblo. Y hoy China celebra su fiesta nacional. Festeja el nacimiento de la república popular, que marca el inicio de lo que se denomina la golden week o semana de oro, en la que la mayoría de chinos disfrutan de una semana de vacaciones. Una fecha importante y proclive a convertirse en blanco de actos reivindicativos.