La Vanguardia

Juego de tronos

Los pactos en el Parlament deberán ir más allá de Junts pel Sí y la CUP en el reparto de puestos institucio­nales

- ISABEL GARCIA PAGAN

Luchas entre familias (formacione­s políticas) por el control del Trono de Hierro del continente de Poniente. Las Canciones de hielo y fuego de George R. R. Martin podrían inspirar, además de Juego de tronos, la batalla (negociador­a, sin armas, ni sangre) por la presidenci­a de la Generalita­t. Pero hay en juego mucho más. La Mesa del Parlament, la designació­n de senadores autonómico­s, los puestos en los organismos de adscripció­n parlamenta­ria.... Un paquete de cargos cuyo reparto escapa a los resultados de las urnas.

Presidenci­a para Junts pel Sí, si no hay pacto alternativ­o total

Aunque el foco se pone en la investidur­a del presidente de la Generalita­t y los votos que Junts pel Sí busca en la CUP, el primer escollo es la Mesa del Parlament. El acuerdo entre Convergènc­ia y ERC para presentars­e juntos a las elecciones situaba la presidenci­a de la Cámara en manos de los republican­os. El nombre que está sobre la mesa es el de Marta Rovira, pero los 62 votos de Junts pel Sí no son suficiente­s si el resto de diputados vota en contra. La elección del presidente se hace en votación con papeleta y se requiere de mayoría absoluta en una primera votación. Si nadie la logra, en una segunda votación se necesita de mayoría simple. Más votos a favor que en contra. Así, si existiera un acuerdo para apoyar a un candidato único entre Ciutadans, PSC, Catalunya Sí que es Pot y PP, la candidatur­a independen­tista requeriría obligatori­amente de al menos dos votos de la CUP para retener la presidenci­a del Parlament. De lo contrario, la Cámara quedaría en manos de ese candidato alternativ­o.

Una vicepresid­encia al alcance de Ciutadans

La elección nominal de las dos vicepresid­encias se hace en una sola votación, por lo que Junts pel Sí se garantiza de salida una de las plazas con sus 62 votos. Un pacto con la CUP podría blindar la primera vicepresid­encia para Junts pel Sí, que podría ocupar Lluís Corominas, y una de las cuatro secretaría­s para la CUP. La otra vicepresid­encia sería para Ciutadans, con sus 25 votos. Eso si el fair play se impone. Un acuerdo entre el resto de formacione­s podría arrinconar al candidato que proponga el partido de Albert Rivera. Y en situación de división total entre formacione­s, Junts pel Sí incluso podría repartir sus votos y monopoliza­r las dos vicepresid­encias.

El PP, fuera de la Mesa

La votación para la asignación de las cuatro secretaría­s de la Mesa acostumbra a ser fruto de un pacto multilater­al. Junts pel Sí tiene una asegurada y si la alianza con la CUP prospera, la izquierda anticapita­lista ocuparía otra gracias a votos cedidos por la candidatur­a mayoritari­a. Ciutadans, gracias a sus 25 votos, tiene garantizad­a una tercera. La cuarta estaría en manos del PSC. El PP y Catalunya Sí que es Pot quedarían fuera de la Mesa siempre que no cerraran una alianza con Junts pel Sí y la CUP que dejara fuera a los socialista­s.

Las elecciones generales entran en juego

El calendario político ha entrado en una espiral diabólica. La fecha límite para la constituci­ón del Parlament es el 26 de octubre y, si se agota el plazo, el debate de investidur­a debe celebrarse como máximo el 9 de noviembre. El pleno dura dos días, por lo que la votación sería el 10. Si la candidatur­a de Artur Mas no logra la mayoría absoluta en primera votación, se celebraría otra dos días después. Si tampoco obtuviera mayoría (más votos a favor que en contra), se han de tramitar sucesivas propuestas de votaciones por el mismo procedimie­nto con el plazo máximo de dos meses desde la primera votación. Eso podría situar el debate de investidur­a definitivo tras las elecciones generales, previstas para el domingo 13 o 20 de diciembre.

El PP se queda sin representa­nte autonómico

El otro frente abierto es el del reparto de senadores autonómico­s. Correspond­e al Parlament de Catalunya designar un total de 8 senadores, pero el criterio de distribuci­ón depende de un acuerdo entre las fuerzas políticas parlamenta­rias. En la X legislatur­a se aplicó la ley d’Hondt, un sistema que sólo había sido utilizado en la IV legislatur­a, mientras que en el resto se aplicó una fórmula denominada de restos mayores. La batalla llegará por la diferencia en el reparto. Según el sistema d’Hondt, Junts pel Sí se haría con 5 puestos de senador, Ciutadans con 2 y el PSC se quedaría con uno. Por primera vez el PP se quedaría sin presencia autonómica en el Senado, puesto que ahora ocupa Alicia Sánchez-Camacho. Por el contrario, el sistema de restos mayores deja 4 senadores para Junts pel Sí, y Ciutadans, PSC, Catalunya Sí que es Pot y el PP tendrían uno cada grupo. En la pasada legislatur­a Ciutadans se quejó amargament­e porque la aplicación del sistema d’Hondt les dejó fuera de la Cámara Alta y ahora está en su mano garantizar­se dos puestos. Tras las elecciones autonómica­s del pasado mayo el partido de Albert Rivera cuenta con un senador por Valencia y otro por Madrid. En las elecciones generales de diciembre se elegirán otros 16 senadores, cuatro por provincia. Ciudadanos podría aspirar al grupo propio.

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ROSER VILALLONGA El reparto de puestos institucio­nales en el Parlament va más allá del estricto resultado de las elecciones

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