El FMI expresa inquietud por la economía global y España se enfría
El PIB se modera durante los meses de verano al subir un 0,8%
“Hay razones para estar preocupados”. Es el aviso de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, que ayer en un discurso en Washington adelantó lo que los más pesimistas temían desde hace unas semanas: “El crecimiento de la economía mundial en 2015 será más débil que el año anterior” y en el 2016 sólo se registrará una “modesta aceleración”. El pasado mes de julio, el FMI pronosticó que este año la economía mundial repuntaría un 3,3%. Ahora queda claro que habrá que revisar a la baja estos datos.
Varios factores negativos planean en el escenario dibujado por el organismo: la ralentización de China y la inminente subida de tipos en EE.UU. “Contribuyen a la incertidumbre y a una mayor volatilidad de los mercados”. La decisión de la Reserva Federal, en particular, “podría crear disparidades en los tipos de cambio, lo que causará quiebras empresariales y puede provocar un círculo vicioso entre las empresas, los bancos y los estados”, advirtió Lagarde.
Según el profesor del Iese Pedro Videla, el diagnóstico del FMI refle- ja el actual coste de ajuste de la economía mundial hacia “una nueva normalidad”. “La salida de la recesión se produjo gracias al tirón de los emergentes, los bajos tipos de interés y el empuje de China. Ahora estas tres variables se están revirtiendo a la vez. Tanto el crecimiento chino, como las cotizaciones de las materias primas y el precio del dinero tendrán que resituarse hacia parámetros diferentes”.
Justo ayer la OMC certificó el retroceso de los intercambios mun-
RESERVA FEDERAL Lagarde alerta de que la subida de tipos en EE.UU. puede crear un “círculo vicioso”
MENOS INTERCAMBIOS El comercio internacional también sufre un frenazo este año, según la OMC
diales, que este año crecerán un 2,8%, un dato muy inferior al 4% previsto en abril. Por cuarto año consecutivo, el comercio internacional crecerá menos del 3% ya un ritmo parecido al del PIB mundial, cuando en las dos décadas anteriores acostumbraba a duplicarlo.
Este pesimismo se está trasladando a la economía española, según lo reflejado ayer por el Banco de España. Se estima que entre julio y septiembre el ritmo se moderó al aumentar el PIB un 0,8% –frente al 0,9% y 1% registrados en los dos primeros trimestres de este año–. Este “ritmo más atenuado” volvió a sustentarse en la demanda interna privada. En todo caso, el organismo que dirige Luis María Linde mantiene sus previsiones de un crecimiento del 3,1% y el 2,7% en el 2015 y el 2016 ya que considera que “el previsible debilitamiento de nuestros mercados de exportación se verá compensado por el nivel más reducido de los precios del petróleo y de las materias primas, la prolongación de la mejoría de las condiciones de financiación y las nuevas medidas de política fiscal que incorpora el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2016”.
Asimismo, el organismo supervisor reconoce que en el tercer trimestre del 2015 se atisba “cierta moderación” en el ritmo de creación de empleo. Esta previsión se basa en los datos sobre afiliación hasta el mes de agosto. Destaca, en particular, una ralentización en el aumento de la ocupación en el sector servicios –2,3%–.