Las caídas en las exportaciones y la previsión del PIB atascan Alemania
Deutsche Bank anuncia pérdidas de 6.200 millones de euros en el trimestre
Hay indicios para interpretar que las cosas empiezan a ensombrecerse en Alemania, la locomotora de la eurozona.
Alguno de ellos apareció el martes, cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que el país crecería al 1,5% este año y al 1,6% el que viene, en ambos casos una décima por debajo de lo que había previsto en julio. El resto se supo ayer. Cuatro importantes institutos económicos alemanes compartieron la perspectiva del FMI, al reducir sus previsiones de crecimiento para el 2015, y se pusieron en alerta a cuenta de la llegada de refugiados, un proceso que podría elevar la tasa de paro en este año y en el 2016.
La Oficina Federal de Estadística de Alemania (Destatis) desveló que las exportaciones alemanas retrocedieron un 5,2% en agosto, consecuencia de la galopante crisis de las economías emergentes. Y el Deutsche Bank, buque insignia de sus finanzas, anunció pérdidas de 6.200 millones de euros en el tercer trimestre. Una evolución que puede ir a peor si las tribulaciones de Volkswagen –del que es el principal banquero– van a más.
De entre todos esos factores, destaca el consenso de los cuatro institutos alemanes. El análisis está firmado por el instituto IFO de Munich, el DIW de Berlín, el IWH de Halle y el RWI de Essen. En su opinión, parte del retroceso de la economía alemana hay que atribuirla a las convulsiones que llegan desde China. La ralentización en la economía de Pekín y Shanghai –el país penetra en un nuevo modelo económico que va de un planteamiento industrial a otro concentrado en el consumo interno– y por extensión en el resto de modelos emergentes está lastrando el sistema exportador alemán, que apenas registra “un crecimiento moderado”, según los expertos, y desde luego nada que ver con “el repunte que se había previsto en primavera, y que no ha llegado a materializarse”. Desde este punto de vista, el PIB alemán crecerá al 1,8% este año (y no al 2,1% propuesto en prospecciones previas) y mantendrá esa misma velocidad de crucero a lo largo del 2016. “La débil economía global actúa de freno, especialmente los proble- mas en una serie de países emergentes”, dijo Timo Wollmershäuser, director del centro de Análisis y Encuestas sobre el Ciclo Económico del IFO.
Sin embargo, el dato que más ha sorprendido a los analistas ha sido la proyección de desempleo. Sobre todo, su línea argumental. El consenso de analistas interpreta que la crisis de los refugiados va a acelerar la tasa de paro alemana. “Se espera un ligero incremento del paro en el 2016 a medida que el gran número de refugiados que está llegando a Alemania impacte en el mercado laboral”, indicó el informe, que elevó en una décima la previsión de paro para este año (hasta el 6,4%) y en seis décimas la del año que viene (del 5,9% que se vaticinaba en primavera al 6,5% que se plantea ahora).
“La inmigración de refugiados está suponiendo una carga significativa a corto plazo para la economía alemana, aunque también podría generar oportunidades si se implementan las políticas adecuadas para la integración de los inmigrantes”, continuó Wollmershäuser.
En opinión de todos ellos, la concentración de refugiados en diversos países de la Unión Europea “no es sostenible a largo plazo”, e incluso proponen la creación de una nueva instancia eu- ropea especializada en procedimientos de asilo.
Mientras, el Deutsche Bank desveló que sus pérdidas trimestrales han sido las más elevadas de su historia. Se elevan a los 6.200 millones de euros, argumento suficiente como para poner en marcha los inevitables planes de recortes, particularmente dirigidos a los accionistas y a los empleados: la dirección suprimirá dividendos, algo que no ocurre desde la Segunda Guerra Mundial, y rebajará primas y salarios. La entidad atribuyó el pésimo trimestre a la venta de Postbank.
Aun así, Moody’s le echó un capote al sistema bancario alemán: elevó su perspectiva de negativa a estable, tras confirmarse que el Bundestag no tendrá que acudir al rescate de sus entidades financieras.
Cuatro institutos germanos advierten de que la llegada de refugiados disparará la tasa de paro