Promesas incumplidas
Munir y Sandro no despegan y abocan al Barça a rastrear el mercado
El precario rendimiento de Munir El Haddadi y Sandro Ramírez, dos jóvenes de 20 años que la temporada pasada se reivindicaron como delanteros de futuro para el Barcelona, aboca al club a reforzar el frente de ataque en el mercado de invierno. Arrancaron como bestias. En su debut con el primer equipo, en la primera jornada de la pasada Liga, favorecido por la sanción de Luis Suárez, una gastroenteritis de Pedro y una lesión de Neymar, el hispanomarroquí asombró y marcó en la victoria 3-0 contra el Elche. En el siguiente partido se estrenó el canario y anotó el gol del agónico triunfo (0-1) en Villarreal en el minuto 82.
Fueron días felices, pero el protagonismo de ambos fue menguando a lo largo de una temporada en la que aportaron seis goles. La marcha de Pedro al Chelsea les concedió la oportunidad de permanecer en el Barça y pelear por el puesto de cuarto delantero, y ambos se han ido alternando apariciones especialmente desde la lesión de Messi, pero no han respondido a las expectativas. No hay rastro de la capacidad de desequilibrio y la zurda de seda que exhibió pirotécnicamente Munir en sus inicios. Y Sandro, delantero centro, se ha movido bien en algunos partidos, pero su aportación es a todas luces insuficiente. El miércoles en Villanueva de la Serena ambos coincidieron por primera vez en el once inicial del primer equipo y volvieron a decepcionar. Ninguno ha visto portería en esta temporada, y no podrán alegar el manido pretexto de falta de oportunidades. Munir ha intervenido en 10 partidos (527 minutos) y Sandro en 12 (467 minutos, casi el doble que en toda la campaña anterior). Cero goles para los marcadores; para las estadísticas, una asistencia cada uno en el Camp Nou, contra el Las Palmas (Munir) y el Eibar (Sandro).
El deficiente rendimiento de los dos futbolistas más jóvenes de la plantilla de Luis Enrique ha complicado la ecuación del club, obligado a fichar en enero a una alternativa fiable para el tridente atacante. El entrenador tiene evidente predilección por Nolito (7 goles en la Liga, los mismos que Luis Suárez y uno menos que el pichichi, Neymar), al que dirigió en el Barça B y el Celta. El delantero andaluz ha dado largas a la propuesta de renovación del club vigués, que pretende elevar su cláusula de 18 millones ante un inevitable traspaso. En otro momento no sería ni mucho menos una cifra prohibitiva para el Barcelona, pero ahora el club, a la espera de conseguir un patrocinador principal para el próximo ejercicio y con la relación deuda/ebitda por encima del límite fijado en los estatutos, tiene que
apretarse el cinturón. La vicepresidenta económica, Susana Monje, explicó la semana pasada que iba a recomendar “prudencia extrema” a la hora de fichar. Al día siguiente, Luis Enrique sólo cogió la parte ventajosa de la situación: “Es una buena noticia que podamos fichar”. Las posturas entre el entrenador y la junta directiva están perfectamente definidas.
Así, la operación Nolito requerirá otros movimientos, como pedir un adelanto al patrocinador para evitar el crecimiento del pasivo en el balance o promover la venta de jugadores. Adriano, Munir y Sandro son susceptibles de salir al mercado. Otras opciones consisten en incorporar una vieja gloria, un Larsson a precio de saldo y sin ínfulas de titularidad como Van Persie (Fenerbahçe) o una joven promesa barata. Y todo porque Munir y Sandro han comprometido su etiqueta de promesas.
EL DECLIVE Los dos marcaron en su debut la temporada pasada, pero en la actual no han visto portería
CUESTIÓN DE NÚMEROS El club se impone “prudencia extrema” para fichar, pero el ataque necesita un refuerzo