La debilidad de De la Peña
El exjugador es el representante de Kaptoum, uno de los centrocampistas con más futuro de la cantera
Javi Pérez contesta el teléfono. “Si juega, me avisas”, le pide Iván de la Peña al otro lado del aparato. A falta de una hora para que empiece el partido Javi echa un vistazo al Twitter y Kaptoum aparece en el once titular de Luis Enrique. Es su debut oficial con el primer equipo, un acontecimiento para quienes llevan años esperando el momento, entre ellos Javi Pérez, amigo íntimo de Carles Puyol que ahora trabaja con Iván de la Peña en una agencia de representación especializada en jóvenes valores. Iván está presenciando un partido de chavales pero a la que recibe la llamada coge rápidamente el coche y se va a casa a ver el Villanovense-Barça. Es el estreno de Willy, el gran día de Kaptoum.
A Iván no le sorprende el juego de su protegido en Extremadura, es su debilidad, le sedujo desde el primer día, seguramente porque se reconoce, porque percibe en él a aquel magnífico pelotero que fue. También tiene gestos, salvando las distancias, de Thiago. La comparación con el hispanobrasileño surge con tan sólo unos minutos de seguimiento. Técnicamente va sobrado, combina rápido, entiende el juego, se mueve entre líneas, no rifa el balón pero sí lo arriesga en los metros finales en busca del último pase. Lo mostrado en Villanueva de la Serena fue sólo un aperitivo, pero suficiente para llamar la atención de quienes no siguen habitualmente el fútbol base blaugrana. En quienes sí lo hacen se ha alcanzado una extraña unanimidad: Kaptoum posee ese don especial que atrae la mirada de quien espera algo distinto de cada partido, de quien se resiste a aceptar el paso lineal de los minutos sin una genialidad. Pausa, cambio de ritmo, control orientado, desborde… Es un interior, tanto por la derecha como por la izquierda, muy de la escuela Barça, de los que, con el debido respeto, aspiran a parecerse a Xavi.
Kaptoum, de 19 años, es un producto
JOAN JOSEP PALLÀS
PELOTERO Llegó con 11 años a la Masia entre un grupo de jugadores de la Fundación Eto’o; es escuela Barça
EL SACRIFICIO Una lesión le apartó del fútbol un año y no fue fácil: sus padres viven en Duala, en Camerún
genuino de la Masia. Aterrizó en Barcelona con 11 años procedente de Camerún (a una edad tan temprana que le permitió eludir la sanción de la FIFA) integrado en un grupo de futbolistas bajo el cobijo de la Fundación Eto’o. Desde su llegada y residiendo siempre en la Masia, fue ascendiendo peldaños con facilidad, sirviéndose de una técnica alejada de las características de otros compañeros más llamativos por su potencia física. Su tren inferior es poderoso, es complicado tirarle, pero a partir de ahí su virtud se reparte entre la cabeza y los pies. Cuando De la Peña supo que quedaba libre, no dudó ni un instante. Kaptoum, tras el preceptivo casting de agentes, escogió a Iván.
La convocatoria del miércoles ya fue un premio. Kaptoum se pasó la temporada pasada lesionado por un problema en los isquiotibiales que le obligó a pasar por el quirófano del doctor Sakari Orava, el mismo que intervino a Vermaelen. En edad juvenil ya fue titular en el Barça B, pero su carrera se frenó de golpe. Por eso la primera llamada pospartido en Extremadura fue emocionada, la de sus padres, que viven a miles de kilómetros, en Duala. El presente sonríe por fin a Kaptoum, cuyo futuro inmediato pasa por seguir en el Barça B y disponer de la continuidad necesaria. Debe mejorar en tareas defensivas, una carencia típica de quien no las necesitó para progresar desde el alevín al juvenil. Está en ello. Es aplicado, dicen, está centrado en el fútbol, añaden. Se ha independizado y vive solo, pero aún acude a la Masia para seguir estudiando.
En tiempos en los que el filial arrastra fama de refugio de consentidos, urgen nuevos talentos que la desmientan.